Los perros y sus dueños tienen rutinas, actividades planeadas que se retipen a diario y resultan imprescindibles para la normal convivencia hombre-animal. Desde que vivo con mi perro tenemos alrededor de 6 salidas diarias en las que recorremos dos vueltas manzana. El ya tiene marcado su territorio de arbolitos, postes, carteles, paredes y bolsitas de basura (si le encanta mearlas). Yo, por mi parte, hablo con Cristian del puestito de diarios, despúes con Nico, el encargado del edificio donde vivia antes (aca a media cuadra de donde estoy ahora) y, según el humor, con otras personas que pasean a sus perros, siempre y cuando no me quieran morfar al mío claro está.
Pero la de hoy, fue una salida diferente, no sólo por el frío que llega a penetrar los huesos, sino porque salí con la cámara para inmortalizar nuestro rutinario paseo. Primero salimos de casa, tomamos el ascensor de servicio, abrimos la peurta de abajo, doblamos a la izquierda y fuimos hasta la esquinas, despúes cruzamos la Avenida Santa fe y agarramos Ecuador. Apenas nos subimos a la vereda Titi se mando su primer orin de la salida, pero en los siguientes metros no dejo palito son mojar. En la esquina, donde hay un restaurante tradicional (que tiene mozos con moñito negro), mi mejor amigo no tuvo mejor idea que hacer fuerza y liberar algo que lo obstruía. Como debe ser, tras la deposición, yo junte los soretines mientras el hacía como un toro con sus patitas traseras exigiendo respeto (Carajo!!!). Doblamos en contramos por Arenales (a esta altura mis manos apenas podían sostener la cámara de lo congeladas que estaba, pero Benito ni cuenta, el iba feliz moviendo su cola peluda y haciendo del número uno por todos lados. En Pueyrredon fue la hora de regar los carteles: uno de un barcito y otro de una casa de Cd´s de música fueron los blanco escogidos por mi little yorkie. Parada obligada por el semáforo en rojo, fotito mediante, seguimos camino.
Este perro es como si hubiese ido al colegio y atendido con mucha atención cuando en la clase de educación vial decian "no se cruza caminando la calle, sino al trote"; me llevó a los pedos hasta la otra esquina donde esta un bar en el que siempre veo a Sebrelli leyendo, escribiendo, tachoneando y demás (para los que no conocen esa es la esquina gay de BsAs, en donde se emplaza El Olmo, famosa tetera gay de los 80´s). Despúes de pasar otro bar tradicional, en este caso gallego ("Oviedo"), el fiel can se detuvo a oler el piso (cosa que hace seguimos nose porque, quizas siente olor a perritas, que se yo), y lo retrate de nuevo, contrastándolo en la composición con una caja vacía de maní con chocolate. Seguimos y llegamos a charcas, donde transitamos sin pena ni gloria, sólo alguna meadita y nada más, sin amigos perrunos para saludar. Retomamos Ecuador, meito a la bolsa y regresamos al depto.
Arriba pueden ver las diapositivas del paseo... No reflejan lamentablemente una cosa: EL CAGO DE FRIO QUE SUFRI!!!! Bueh, deberes de padre...
Adio!
lunes, agosto 06, 2007
El tour de Benito
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