jueves, agosto 05, 2004

Diarios de Motocicleta

Cine

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Leer las críticas de las películas en cartelera se han convertido en una de mis costumbres. Esto consiste en informarme acerca de que tratan los filmes y que opiniones volcaron los que la vieron antes que yo, generalmente siempre columnistas especilizados en esta tarea. Igual nunca hay que decidir que ir a ver basándose en las críticas que son buenas porque siempre hay contradicciones. A algunos les habrá encantado y para otros fue pésima, aburrida, redundante y previsible (adjetivos utilizados para calificarla como un mierda pero de manera suave y educada).
Pero como es lo que piensa una persona de una película, es bueno solo tomar las referencias hechas acerca del contenido (lo concreto podriamos denominarlo) y descartar lo otro, esa pintura que nos hace el crítico. Diarios de Motocicleta es una película muy criticada por los especialistas. Algunos la adoraron, otros denostaron sus contenidos al grito de que es una pelicula sin argumento, que trata la figura de Che Guevara sólo como una imagen para vender. Este preconcepto yacía en mi a la hora de entrar a la sala, pero apenas comenzó la película me embarque yo tambien en este viaje del joven Ernesto, ese que aún no habia descubierto su papel en la historia latina.

Las películas a veces son mágicas. A través de ellas, podemos re-vivir las experiencias de otros, viajar sin movernos de nuestros asientos e impregnarnos de esas verdades parabólicas que todo film tiene escondido. El director brasileño Walter Salles (Estación Central,Detras del sol) nos ofrece un viaje, nosotros aceptamos y recorremos latinoamerica. Somos testigos del pasado recreado de manera exquisita, cada uno despues que saque sus conclusiones y pinte su pequeña viñeta de colores contando que le pareció esta película.

Ernesto Guevara de la Serna (Gael García Bernal) y Alberto Granado (Rodrigo de la Serna) viajan a través del continente y descubren algo más que bellos paisajes. La cultura de nuestras tierras resquebrajada ante el poder de la explotación y el odio, componente de lo político. La injusticia, la belleza, la aventura, el amor, la conciencia de honestidad, el compromiso, los ideales, el sufrimiento, la juventud y la más fuerte amistad se mezclan en este viaje. El jovén Guevara transforma su manera de pensar, dejando de lado la pasividad y dandose cuenta de que la realidad debía de cambiar.
Salles deja de lado el mito de guerillero revolucionario romantico -imágen videoclipzada por la moda y la música- para enfocar la atención en este jóven y sus anécdotas de viaje. Gran parte de la película la figura de Ernesto queda opacada por la impresionante presencia de Granado. La tremenda actuación del argentino Rodrigo de la Serna hace que la sala se llene de risas complices del bioquímico compñaero de Guevara (cordobés típico de lengua larga y confianza rápida). Gael tambien tiene lo suyo, con una increible presencia y un gran esfuerzo en hablar a lo argentino.

Esta es una película que todos tienen que ver, no para compartir los recuerdos del viaje en cuya recreación participo de manera activa el verdadero Alberto Granado (que reside desde hace años en Cuba), sino para vivenciar la grandeza de nuestros pueblos, la belleza de nuestras culturas y la fortaleza antes la adversidad del pueblo latinoamericano. Hermarnos para conocernos mejor, querernos más y unirnos por siempre... Diarios de motocicleta un relato que todos merecemos escuchar y que Salles nos cuenta de manera ideal. Un viaje puede transformar a una persona, una película la puede ayudar a reflexionar acerca de eso, de la necesidad de cambiar...



pd:esto es sólo una opinión...

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