viernes, febrero 22, 2008

Ir a la presentación del último libro "Harry Potter" y sobrevivir para contarlo

En el marco de una nota grande sobre el lanzamiento de "Harry Potter y las Reliquias de la Muerte", me fui hasta el Ateneo Grand Splendid, que era uno de los puntos grosos de "Pottermanía" explícita en Capital (el otro era la librería Cúspide del Village Recoleta). Esta es la crónica del evento:

Caos en la presentación de "Harry Potter"

La llegada del último libro del joven mago prometía ser una fiesta y lo fue. Pero hubo momentos de tensión, por la ansiedad y la gente que desbordaba la librería.

Los Borges y los Cortázar miraban extrañados, sin entender, mientras los formalistas rusos intentaban, por todos los medios posibles, encuadrar la situación en un esquema aprehensivo. No eran sólo ellos los sorprendidos, sino los miles de libros del Ateneo Grand Splendid, atónitos espectadores del fenómeno que tenía un solo protagonista: "Harry Potter y las Reliquias de la Muerte".
Desde temprano, decenas de fanáticos que parecían sacados del mundo ficcional de Potter, aguardaban, merodeando la librería, el lanzamiento de la última (y definitiva) obra de J.K.Rowling. Chapeando con sus trajes, la mayoría hechos a mano, daban entrevistas para la televisión y posaban para las fotos, en un estado de éxtasis puro. "Yo tengo el 560", decía uno, escoba en mano y vestido con indumentaria de Quiddich. "Yo, el 332", se consolaba otro, a pesar de que la espera por su libro garantizaba ser larga.
"Agárrense, que en minutos viene el caos...", avisó un guardia de seguridad. Ese tiempo se consumió rápido, entre apretujones, libros pisados y excesivo calor humano. La cuenta regresiva anunciaba un apocalipsis frenético y un camarógrafo con los modales suspendidos por la urgencia de tomar imágenes empujaba niños sin culpa alguna.
"Cinco, cuatro, tres, dos, uno…". Gritos, aplausos y flashes. Más empujones, y cuellos estirados para ver a la privilegiada en destapar el secreto mejor guardado de los últimos tiempos: la tapa del libro final de Harry Potter. Algunos soltaron lágrimas, como la autora al terminar de escribirlo. La emoción daba paso de nuevo a la anarquía. Empezaban a repartir los ejemplares reservados. ¡Sálvese quien pueda!
Una fiesta, seguro… un caos, también.

Adio!

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