lunes, diciembre 17, 2007

LAN , otra manera de viajar (y vivir)

Viajar, ya lo he dicho, suele ser una experiencia bastante traumática. Al stress de tener que convivir con desconocidos por determinada cantidad de horas, se suma el servicio de la aerolínea, del cuál uno depende para no morir de inanición a 10 mil metros de altura. A veces, como no existe diversidad de oferta en todos los tramos, uno tiene que volar o volar (si o si) por Aerolíneas Argentinas, la compañía más argenta que hay (por lo menos, desde el nombre).
Cuando sucede eso, uno sólo debe resignarse: es un cuerpo arrojado en ese micromundo volador, del que sólo se puede huir estando en tierra. Está en Aerolínea, Argentina. Una sub-país con alas, parte de un gigante cielo privatizado, que, como marca la regla, tiene un servicio de mierda (en el mejor de los casos, generalmente es un servicio de relleno sanitario con bosta).
Hoy, por esas casualidades, me tocó viajar de Salta a Buenos Aires en Lan. Cuando uno escuchar el nombre Lan, inmediatamente -por lo menos a mí- me remite a la compañía chilena de aviación Lan Chile. Y cuando uno dice Lan Chile, salta al toque el país trasandino, nuestro vecino del pacífico. ¿Y que se dice siempre en Argentina sobre Chile? Qué es un país mejor que el nuestro, en todos los aspectos. Cuántas veces uno escucha a los políticos repetir: “tenemos que parecernos a Chile y no a Venezuela”. Bueno, en esta oportunidad, les voy a dar la razón. Tenemos que parecernos a Chile, por lo menos a Lan Chile.
Lan Argentina ( la franquicia aérea que desde hace poco vuela en nuestro país) es otra manera de viajar. El pasaje de Salta a Buenos Aires me ¡costó 100 mangos más barato! Los asientos son más modernos y cómodos. Hay pantallas para ver videos durante el vuelo (ya pasaron un corto y recetas prácticas para hacer un rico arroz). Las azafatas son más lindas y atentas que las de Aerolíneas (por lo menos las y los que me tocan habitualmente que parece que se nariguetean algo antes de pasar con las bandejitas). Pero eso no es todo... sigo abajo.
La comida (ahora le dice snack) es muchísimo más rica: en AA te dan un paquete de Saladix, una ¡fucking barrita de cereal!, y un caramelo de durazno y crema; mientras que Lan te sirve un combo de Havanna con alfajorcito de dulce de leche (bien argentino, carajo), galletas bañadas en chocolate y, por si sos militante de los saladitos, unas Club Social. Panza llena, corazón contento. ¿Más?
Cómo si eso fuera poco, hay ¡enchufes para conectar tu notebook por si te quedás sin batería! Son tecnología. En los asientos de nuestra “aerolínea estatal”, de pedo funciona el botón para reclinar el respaldo. Además de el volumen de las pantallitas de video que antes les mencione.
Por todo ese sumum de razones, siento que estoy conviviendo en un micromundo dferente. Viva el desembarco de la empresa chilena en nuestros lares. ¡Albricias! Eso si, ya discutí con el viejo que viaja adelante mío, pero eso no es culpa de la empresa. Vecinos de mierda, hay en todos lado.

Adio!

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