- Oye Ma,
Rolf, el chico alemán que vino de intercambio, se hizo un arito, ¿puedo yo hacerme dos?
-Bueno chico, pero sólo dos, y no le ponte una argollita que aquí, en La Habana, eso está de moda.
-Gracias Ma, te juro por Fidel y toda la revolución que quedará chévere...

Eso le dijo
Juan Antonio a su mamá cuando vio que el alemán se había hecho un pearcing en la cara. Después, se pasó de mambo y ahora tiene más anillos en la cara que Saturno, que es un planeta.
Vía:
Lorena Betta. Adio!
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