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Algunos, desprevenidos ellos -pobres-, caen inocentemente; pero la mayoría se aviva a las 00:01 de que su sentido de la verdad debe quedar suspendido durante las próximas doce horas.
A través de Google y los demás buscadores, el timo se desbarata en cuestión de segundos. La duda humana ha sido complementada con la búsqueda a un click de distancia, y la confianza ciega no es tal anymore.
La inocencia ha muerto. Espero que resucite, porque de lo contrario este día será ¡por siempre! un embole. O quizás habrá que recurrir a jodas telefónicas, punto a punto (no masivas), sobre algún accidente familiar, que nunca son tan copadas.
Este artículo del nuevo diario soitu.es habla a las claras de ello: "Adiós a la inocencia".
La inocencia ha muerto. Espero que resucite, porque de lo contrario este día será ¡por siempre! un embole. O quizás habrá que recurrir a jodas telefónicas, punto a punto (no masivas), sobre algún accidente familiar, que nunca son tan copadas.
Este artículo del nuevo diario soitu.es habla a las claras de ello: "Adiós a la inocencia".
Adio!
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