Periodístico
por Pablo Blanco
Trabajan todos los días del año. Ubicadas en plazas de la ciudad, constituyen una opción cuando los precios de las librerías resultan demasiado grandes. Además de vender usados, ofrecen títulos nuevos a importes mucho más bajos.
Durante estos días, la atención de los lectores que transitan Buenos Aires es monopolizada por la 31ª Feria del Libro de la ciudad, organizada por la Fundación El libro. Presentaciones y firmas de ejemplares son los eventos elegidos por el público. Sin embargo, para quienes los precios pueden resultar altos y las ofertas escasas, existen otras ferias del libro en las plazas porteñas.
A pocos metros del predio de la Rural, lugar donde se desarrolla esta gran exposición internacional, se encuentra otra feria. El paseo de la plazoleta “Aníbal Troilo”, ubicado en una explanada de la Plaza Italia, cuenta con 41 puestos que ofrecen buenos precios, en títulos nuevos y usados.
Ulises García, vendedor desde hace 26 años e integrante de la Asociación del Libreros de la Plazoleta Aníbal Troilo, explicó que “a pesar de la cercanía, la gente que visita la feria del libro no es cliente para nosotros”.
“Si la gente caminara un poco más, podría encontrar mejores precios acá y ahorrarse unos pesos”, dijo el librero, que ofrece “El gran laberinto”, última obra del filósofo español Fernando Savater, a 38 pesos (11 pesos menos que en la Feria internacional).
En Parque Rivadavia, situado en el centro del barrio porteño de Caballito, los puestos alcanzan un total de 100. Entre la gran variedad de productos que ofrecen, se destacan: libros, revistas, discos de pasta y también objetos de filatelia, para los aficionados y estudiosos de las estampillas.
En un recorrido por sus pasillos, se pueden encontrar ejemplares de clásicos de la literatura universal a 2 pesos, pero también obras recientes como el último libro de Umberto Eco “La misteriosa llama de la Reina Loana” a 10 pesos menos que en las librarías comerciales.
Otro punto de ofertas es la feria de Plaza Houssay, situada frente a la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Rubén, puestero del lugar, comentó que “la mayor ventaja de la Feria –internacional- del Libro es que se pueden encontrar títulos difíciles de conseguir en otro lugar”. No obstante, aclaró que los mejores precios están en las ferias callejeras.
En este paseo venden igual novedades, como por ejemplo “Memoria de mis putas tristes”, del colombiano Gabriel García Márquez (Premio Nóbel de Literatura 1982) a sólo 18 pesos, mientras que en la Feria internacional del Libro se adquiere por 25 en el stand de Editorial Sudamericana.
Además, existen una veintena de espacios similares en toda la ciudad, declarados parte del patrimonio cultural por la Dirección de Promoción Cultural del gobierno y incluidos en un programa para “afianzar el sistema de ferias artesanales de la ciudad, mejorando su gestión”, según se detalla el portal Web del gobierno.
Si bien la Feria constituye “el gran escenario en donde todas las luces y la atención están puestas en los libros”, como expresa Carlos Alberto Pazos, presidente de la Fundación El libro, estas otras ferias y paseos son una propuesta más que atractiva cuando el bolsillo aprieta y pagar una entrada resulta imposible.
2 comentarios:
La verdad que los libros usados son una opcion. Yo mismo, tengo el vicio de la lectura y he tenido que recurrir a la venta de los usados para solventar mis noches en blanco con un libro en la mano. Se encuentran muy buenos libros, aunque no solo en las plazas. Tambien hay librerias y algunos recovecos en Bs As y en el interior. En la Ciudad de Cordoba hay toda una calle con librerias de usados, hasta pude encontrar un libro ruso de matematicas que andaba buscando hace 15 anios. Muy buen articulo.
Sin duda la labor de las ferias es grandisima,generaciones de argentinos vienen teniendo acceso a libros que de otra forma serian imposibles de comprar gracias a las ferias,siempre es bueno apoyar este tipo de lugares en pos de nuestra cultura y de su futuro.
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