En el Gen Argentino quedó demostrada la hipocresía nacional, Maradona es -y siempre lo será- el máximo exponente deportivo de nuestras virtudes y maldades, alegrías y tristezas. Fangio es grande, pero nunca tanto como el 10. La valentía y el miedo, la grandeza y la chiqueza, juegan a la pelota y no andan en fórmula 1. Y me voy porque estoy indignado. Los argentinos seguimos siendo, incluso en TV y por sms, chantas y mentirosos. Lo peor es que nos mentimos a nosotros mismos.
Adio!
Adio!
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