miércoles, noviembre 03, 2004

Un gigante confundido

Enpayito

El último viernes estuve en el Congreso Doctrinario de la Unión Cívica Radical acompañando a mi papa que vino a participar de esta reunión, en la cual centenares de militantes de todo el país debatieron acerca de la doctrina de su partido y los desafíos futuros.
El Congreso se dividió en seis comisiones que trataron diferentes temas: la educación, los municipios, los derechos humanos, la política exterior, la economía y el tema por excelencia "Reflexiones acerca del partido", discutido en la comisión número 6, la más jugosa, donde se escucharon las voces más encontradas de los sectores antagonismo de la interna radical.
Los partidos políticos hoy en día son vistos con una desconfianza total, en una realidad donde el voto en blanco sino gana la empata, es increíble la capacidad de debate de la unión cívica radical, partido con más de 100 años de historia en nuestro país.

Términos

Las palabras siempre dicen más de lo que realmente parece, nunca el sentido es uno sólo y además cada uno se reapropia de lo que otros dicen y lo resemantiza. En torno a la identidad del partido radical se irguieron muchas polémicas relacionadas con el sentido de las palabras.

Oposición o Alternativa

"Ser oposición o no ser, he ahí el dilema". Los dilemas no tienen solución, porque sino se conocerían bajo el nombre de problemas, entonces la propuesta de un partidario radical fue no presentarse como la oposición, sino como una alternativa.
¿Cuál es la diferencia entre oposición y alternativa? Primero, el término oposición se relaciona siempre a un otro, pero dentro de un sistema que regula las relaciones entre estos opuestos. Alternativo, en cambio, habla de salir del sistema, ser se algo alter, totalmente distinto que propone romper con las reglas del sistema, plena o parcialmente, y busca un nuevo tipo de relaciones en la política.
La propuesta de ser una oposición deja a la UCR pegada al Partido Justicialista, condiciona sus acciones a tal punto de que el partido sólo se presenta como el que hace lo contrario del justicialismo, restándole libertad de acción y haciendo de la Unión Cívica Radical una especie de hermano envidioso del PJ, un reflejo de segunda mano izquierdita de la diestra imágen del hegemónico peronismo que inunda hoy día la escena política.

Recomposición o Renovación

Otra dicotomía problemática fue la de "recomposición o renovación", donde nuevamente el centro de la disputa se fijó en buscar algo completamente nuevo o retocar lo actual, cortar cabezas o maquillar las ideas y propuestas. El sector renovador pedía dejar en el camino a aquellos que, por necesidad o conveniencia, -vaya uno a saber- transaron con el PJ, pusieron a De la Rua y fueron partícipes de muchos detonantes más que terminaron la con debacle partidaria y del país. Sin embargo, la voz joven de un participante de Formosa abrió los ojos de los que tiran la piedra y esconden la mano, diciendo: "Yo no quiero que los viejos se tengan que ir del partido, yo quiero que el viejo me guíe, me enseñe, me ayude a ser mejor". Nadie es realmente quien es por mérito propio, somos nuestros padres, después como es natural uno se pelea con sus padres, esta bien pelearse con sus padres, pero la UCR no puede pelearse con sus "viejos" porque tanto es la recomposición como en la renovación se necesita de todos para ser alguien, un partido, de otra manera se cae, indefectiblemente en la torpeza del engreído, que creer saberlo todo y nunca entendió nada.

En fin...

De esta corta pero intensa experiencia de dos horas en la convención constituyente de la Unión Cívica Radical se pueden extraer una serie de postulados:

-La UCR tiene serios problemas internos, en los cuales el dialogo es la principal herramientas para limar las diferencias y construir un partido con todas las letras.
-A menos de que ambas partes dejen de lado su posición de fundamentalismo cabezadura, la UCR seguirá siendo un partido del 2%, siendo rechazada por un 98% de los argentinos.
-Esta bueno debatir, pero de nada sirve si no se llega a una puesta en común, criticar por criticar es dedicarse a romper castillos de cartas y nunca intentar hacer uno de verdad.

Adio!

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