El cerebro televisivo de Diego
Gvirtz, quien supo crear un estilo en la televisión argentina, está hoy detrás de un proyecto político que le hizo perder toda esa genialidad que supo destellar alguna vez. Con esto no quiero decir que ser funcional al
kirchnerismo es malo, ni debe ser tomado como algo peyorativo, sino que la militancia es una actitud que conlleva indefectiblemente -y más aún dentro de la lógica de actual
oficialismo- mirar solo una mitad de la realidad.
Gvirtz hoy es el jefe de una policía ideológica que se dedica a marca y estigmatizar
simbólicamente a quienes no adhieren al proyecto. Y para ello no hay límites éticos, ni deontología alguna que se respete. Es a todo o nada, como dice
Néstor, por todos los medios que sea necesario.
Cuando en
Perfil.com le otorgamos un derecho a réplica a Florencia Peña y después hicimos una entrevista que tuvo mucho rebote en la que la actriz denunció censura, en "6,7,8", el programa insignia de la guardia panóptica de
PPT, se "inventó" una animación para ocultar el
logo de Perfil.
com y jamás se citó la fuente, a pesar de que se debatió largo y tendido sobre el
video. ¿Por qué se censuró la identidad de la información? La respuesta está en la farsa que pusieron al aire, cuando acusaron al
CEO de
Perfil, Jorge
Fontevecchia, con un montaje
trucho de una carta de la revista
La Semana, en la que pusieron su firma y foto (una actual encima, siendo que la publicación data de 1978). Jamás
rectificaron la información.
Sólo se cita lo malo de los medios críticos, jamás lo bueno. Ese costado sólo se reserva para los medios amigos:
llámese Página/12,
Miradas al Sur, etc. Braman desde el panel de los seis que ningún medio cubrió las marchas, sólo canal 7. Mienten otra vez. Lamento sonar repetitivo, pero me gusta poner ejemplos: Perfil.
com fue el primer medio en cubrir la primera marcha a favor de la aplicación de la ley de medios en Plaza de Mayo. Lo único que se nombró en el programa -y se repitió en los otros hasta el paroxismo, esa es la fórmula
Gvirtz 2010, copiarse a sí mismo- fue que pusimos que había 10 mil en vez de 15 mil, una cuestión siempre discutible.
Ahora está el tema de "La
Nelly", que fue razón de Estado por 48 horas, después de que
Aníbal Fernández denunciara que había un mensaje mafioso escondido en la tira. Me tocó escribir la nota, pude hablar con
Rubén Mira, me dijo algo, escuché mal y hubo un malentendido ya rectificado, que tanto "6,7,8" como
DDD explotaron al máximo, obviando que tanto Mira como
Langer habían dicho algo diferente a todos los demás medios que los llamaron después de Perfil.
com.
"A ustedes los de '6,7,8' siempre los denigran, pero ahora este error lo tomaron como una verdad absoluta", me dijo Mira hoy, cuando
charlabamos del tema. Se uso incluso la información errónea para
verduguear a
Langer, con la ironía poco creíble de
Tognetti, quien parecía creer que el mensaje mafioso en la tira era real. Esa fue la sensación que transmitió su entrevista. Dudo que nombren la aclaración que publicamos hoy al respecto, como debe ser. Ya no les es funcional a la defensa ciega del modelo. Para ellos no existe.
Lo mejor de
Gvirtz se ve cuando sus programas analizan la televisión sin piedad con nadie, ni gobierno u oposición, ni temas serios o
superficiales, ni espectáculo o deporte, ni blanco o negro. Llegan
climax televisivo cuando vuelve a tener sentido crítico de verdad, con todo, con todos. Lo mismo corre para el otro costado de esta historia, los medios del Grupo Clarín, América, etc. "Un poco de equilibrio", gritaría Halperín. Una lástima que incluso hoy Televisión Registrada, su
alma mater, ya no sea lo que era, sino un "6,7,8" bis. El estilo "Gvirtz" parece
policíaco, marca con una actitud "
fachoprogresista" lo que debe ser discriminado, señala,
ningunea, manipula y muchas veces miente y abusa del poder que supo cosechar (encima medios del Estado -o
paraestatales).
Una diferencia hace a todo esto más tragicómico: la policía busca -según establece su misión- cuidar el orden público,
Gvirtz y sus subordinado sólo
botonear.
Adio!