
El martes pasado, cuando se firmó el acta Gobierno-campo para iniciar el camino de las negociaciones después de un año lleno de
quilombo, el fantasma del
ex presidente, Eduardo
Duhalde sobrevoló la conferencia de prensa de la Mesa de Enlace. Es que el cabezón, para el campo, es como el sol... aunque no lo
veamo siempre está. ¿Por qué digo esto? Mientras hablaba uno de los presidentes de las entidades, un celular comenzó a sonar a todo lo que
dá. Qué sonaba. ¡El padrino! A más de un
ruralista se le esbozó una sonrisa. Repito: aunque no lo veamos,
Duhalde siempre está.
Adio!
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