martes, julio 28, 2009

La señora tía

La señora tía tenía la movilidad de una tortuga galápagos, pero la vitalidad de una adolescente en su plenitud. Se llamaba Manuela, era española de nacimiento, salteña por adopción, y quienes la conocieron bien dicen que tenía 91 años. El domingo su vitalidad se apagó. Murió. Hay ciertas cosas de la señora tía que nunca me voy a olvidar. Primero, que en unas vacaciones en Salta le puse el apodo "señora tía" y pegó en la familia. Segundo: la manera particular que tenía de cortar sandías que eran más grandes que ella. Tercero: con que pasión explicaba recetas de cocina. Sepan que la señora tía fue una precursora de la hermana Bernarda en Salta. Y por último, cómo lloraba el día del funeral de mi suegro, Diego, cuando pedía irse con él, su sobrino, querido, y puteaba a la vida por injusta, desde su silla de ruedas. Ahora, supongo, estarán los dos en algún lugar, recordando viejos tiempos, pasándose el secreto para el blanco de ajo o la mayonesa de apio. O quizás, Manuela, la señora tía, esté contando alguno de sus chistes verdes, esos que alegraban a toda la familia en cada fiesta y desde esta semana no van a estar más. Ella sabía que se iba a morir, por eso un mes antes de irse, se mudó a la casa donde había vivido toda su vida; quería dormirse en esa cama que tantos recuerdos le traía y no despertar. Le salió bien, ya descansa en paz.

Adio!

1 comentario:

Anónimo dijo...

No te conozco, seguramente algun dia tendre ese placer, pero te digo que asi vivio MI MADRE, tal cual la describiste. Esa persona fue y será MANUELA. te agradesco por que si algo faltaba fue tu descripción y seguramente estara junto a sus seres querido en ese lugar que solo Dios tiene para los sus elegidos. Diego Daniel Navarro uno de sus cuatro hijos. GRACIAS