miércoles, septiembre 22, 2010

Leuco-Carrasco: la historia como tragedia, farsa y periodismo

"No todo lo que brilla es oro, no toda amenaza es una amenaza"

Karl Marx una vez dijo: "La historia se repite una vez como tragedia y luego como farsa". En el episodio que une a los periodistas Alfredo Leuco y Lucas Carrasco, los términos de la afirmación del padre del materialismo histórico se invierten. La historia comenzó como farsa y puede terminar en tragedia.

Para poner el contexto de la historia, la noticia es la siguiente: Leuco le presentará una denuncia penal a Carrasco por amenazas de muerte. Tomó la decisión después de leer en el blog del joven, República Unida de la Soja, un post en el que decía: "Voy a juntar gente, irme a la puerta de canal 26, hacerle un escrache (...) Voy a matar a todos. No va a quedar ninguno vivo. Este post servirá de prueba. Voy a entrar con una metralleta a ese programa. Voy a matar a todos".

El "voy a matarlos a todos" puede sonar perturbante, pero no tiene sentido por si mismo. Falta el contexto. Leyendo el post completo de Carrasco uno se da cuenta que todo era una gran joda, dedicada a una amiguita veinteañera del bloguero en cuestión. Un lío de polleras. Para entenderlo, no basta con leer el texto, hay que indagar el paratexto y el contexto. No solo la parte, también el todo. Eso es lo que no entendió -o no quiso entender- Alfredo Leuco, que saltó a denunciar la tragedia, cuando era todo era una farsa o como diría la presidenta CFK, malcitando a Marx, una comedia.

Cualquier periodista con una semana en las redes sociales podía darse cuenta qué acontecía. Estos entran en el Grupo A. Bastaba con recorrer algunos links, leer algunos twetts y cruzar la información con fotos y nombres para entender que todo era una gran broma de Lucas Carrasco. Sin embargo, sin ese bagaje de herramientas, viendo solo con la letra de molde, lo escrito era terrible. Los que leen solo en molde son el Grupo B.

¿Dónde está la noticia? ¿Qué comunicar? ¿Qué publicar de todo ese berenjenal? La denuncia penal es un hecho ineludible. "Un periodista denuncia a un bloguero k cercano al Gobierno", es la síntesis perfecta de lo ocurrido. Más allá de la judicialización de la joda, una denuncia ante la justicia es una denuncia ante la justicia. Esa es la noticia. No las supuestas amenazas. Hay que ir a los hechos concretos y que sea el juez de turno quien decida la verdad.

Algunos dirán que la noticia no reviste interés público y pueden tener razón. Pero hoy en día qué es y quién define el interés público. Como decía Perón, la única verdad es la realidad y la realidad era la siguiente: en internet no había forma de que esa no sea la noticia del día y el que no la ponía era, como se dice hablando mal y pronto, un pelotudo. Se hablaba de eso en las redacciones, en las redes sociales, en los corredores políticos y demás. Si la repercusión define lo noticiable, esa era una noticia, nos guste o no.

Ahora, ¿qué pasa cuando la farsa/comedia se convierte en tragedia porque nuevos actores, claros exponentes del Grupo B, le dan esa entidad? Ahí la farsa se transforma en tragedia y después en periodismo. El periodismo, opio de los pueblos, galvaniza con seriedad lo inverosímil. Clarín y La Nación toman el tema y el foco ya no pasa a ser que Leuco denunciará a un blogger que afirma lo denunció, sino que Carrasco es un tipo capaz de ir con una metralleta a matarlos a todos. Carrasco es la amenaza.

La noticia deja de ser la denuncia; se transforma en la barbarie de "un-tipo-capaz-de-cualquier-cosa". Entonces diputados y senadores comienzan a lanzar comunicados, a escupirlos, a querer posicionarse en las más leídas del día. Y sale en tapa del diario más vendido del país. Titula: "Bloguero K amenazó de muerte al periodista Leuco". La volanta agrega data: "Voy a matar a todos, dijo", se indigna el Gran Diario. Y el jefe de Gabinete, un tipo con calle, barrio y chamuyo se despega de la cuestión. "Yo no soy responsable político de nadie que no sean empleados míos", aclara. Se lava las manos, cuando podría desnudar la farsa devenida en tragedia.

Entonces, ya no hay vuelta atrás. Se borra el origen y la cuestión de mitifica. Lo peor de todo es que la historia de amor que había detrás desaparece. Y un tipo como Carrasco, un tipo con un humor ácido, queda estigmatizado como el peor hijo de puta con tantos hijos de mil putas dando vuelta. Me gustaría cerrar con un lindo párrafo que escribió Gerardo Fernández, a quien no conozco y con quien no coincido en casi nada, que me parece resume todo:
"Y Leuco le quiere hacer un juicio y Clarín se engancha en la movida y yo me muero por ver la cara del juez al que le toque analizar esta denuncia. Quiero ver cómo frunce el ceño, como abre los ojos y cómo se empieza a cagar de risa..."
Adio!

4 comentarios:

matias dijo...

está muy bueno el post.
no entiendo porqué la Leuco la pifió así, pero de todas maneras, aunque yo entendí que era una joda desde el vamos, me pregunto: ¿por qué la justicia va a entender la situación mejor que leuco?

en todo caso, el chistoso alcoholico lucas va a tener que dar alguna explicacion? firmar algun papelito? no?

Itatí Carrique dijo...

EXCELENTE resumen. EXCELENTE y ACERTADA visión que trasciende el hecho en si mismo y permite ver y analizar más allá de nuestras narices al periodismo y la realidad. Felicitaciones Payito.

fernandes dijo...

Yo creo que debería promoverse el consumo de té de tilo.

Gabo dijo...

En algún punto, aunque sin en el humor, es lo que hacen siempre TVR y 678, editan y todo queda por la mitad, cuando en realidad no abarcan el problema completo.

http://elsubteciudadano.wordpress.com