El viernes se publicó en Perfil.com una nota mía sobre un denuncia por la entrega irregular de pensiones por invalidez en la localidad chaqueña de Las Breñas. Llegó el jueves un dato a la redacción sobre el tema: yo me encargué de comenzar a investigarlo en la redacción, corroboré que hubo varios allanamientos tanto en Chaco como en Capital, pero rectifique que no eran en el domicilio de la diputada coquista Viviana Damilano, sino en propiedades vinculadas a su marido, Jorge Omar Araujo. Con todo recontra chequeado por la Justicia y el denunciado, escribí: "Escándalo en Chaco: una denuncia por pensiones truchas por invalidez salpica a una diputada K".
En la misma la diputada parecía hablar de otras notas y no de la mía. No sólo eso, también me acusaba de no cumplir con el deber de todo periodista: chequear la información. "Resulta altamente llamativo que el redactor refiera libremente a la suscripta y a terceros, sin haberse cerciorado previamente respecto de la veracidad del contenido de la noticia que publica, entendiendo que solo se ha limitado a repetir una noticia viciada desde su origen mismo, circunstancia que descalifica la noticia y desautoriza a su redactor, por adolecer de falsedades que no se ajustan a la verdad.- Por tanto, el señor periodista ha dejado de lado, el elemental principio de la prensa de comprobar el contenido de la noticia", sentenció.
Cuando terminé de leerla, llamé al periodista que me había mandado el comunicado y le dije que estaba plagado de incorrecciones, que no hablaba de mi nota sino de las de otros, adjudicándome cosas que yo no había hecho y acusándome de no hacer otras que yo, efectivamente había cumplimentado. Entonces, para aclarar todo, la volví a llamar y esta vez si atendió. Le pregunté si había leído la nota, me dijo que sí, le retruqué que había cosas en su réplica que no eran como decía, que mi nota era correcta; ella me dijo que yo no podía publicar dichos de fuentes anónimas e insinuó que yo podía estar inventando. Le expliqué que las reservas de la fuente es un derecho que tenemos como periodistas y que la denuncia estaba más que chequeada. Quedamos en hablar de nuevo, cuando vuelva a Capital.
Después debatimos un rato con mi editor: yo le decía que no podía recortar su derecho a réplica aún cuando tenía partes erróneas; para él, el derecho de la diputada no le daba razón para criticarme como profesional puesto que yo, como ya dije, había chequeado todo. Así las cosas, publicamos su descargo tal como había convenido con la diputada k, a quien le dije que me acusaba de cosas que no se correspondían con lo que yo había firmado. "La diputada Damilano se despegó de la denuncia por pensiones truchas y acusó al radicalismo".
Ella prometió hacer acciones legales, por lo que todo indica que se viene una nueva carta documento. Pero el hecho me dejó una duda: ¿leyó la información?Y si fue así: ¿la leyó bien? Todavía tengo mis dudas porque ella dice que yo la difamé y sólo dije que la denunciaba la salpicaba puesto que su marido está siendo investigado. En fin.. veremos cómo sigue...
Adio!
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