jueves, abril 26, 2007

Para combatir la nada: el Yoga


Mi vida esta en un punto de inflexión... Bueno, quizas exagero, lo que me pasa es que me siento diferente, deje de ser un estudiante que concurría diariamente a la facultad, actividad que le daba sentido a mi día a día y me obligaba a socializar con gente, cosa que me gusta.
Pero eso cambió. Despúes de haber dado mi último final, y de una larga y merecidas vacaciones, volví a Buenos Aires para comenzar con mi tesis... Tesis que por el momento se encuentra en un parate, por falta de ideas (si bien tengo varios temas en mi cabeza, aún no he podido plasmar al papel un diagrama de como será; y la comunicación con mi tutor esta stand by).
Por esta razón paso mis días durmiendo hasta tarde, por lo general me levanto a las nueve de la mañana... para apagar el de radio-reloj y seguir hasta el mediodía calentito en mi cama. Despúes como, tomo mate, leo los diarios (el clarín que me llega a casa y por internet otros nacionales, de Tierra del fuego y digitales), y a veces veo tele o leo algún libro; mientras por mi mente pasa la fantasmagórica tesis.
Igual no me desespero, Eco me dijo "La tesis es un proceso", no una cosa de un día para otro, como mucho imaginan. Mientras tanto, hago cursos: unos seminarios de comunicación politica organizados por La Crujía y otro de Redacción Periodística de La Fundación Perfil. Todos los jueves juego al futbol, los fines de semana salgo a tomar algo por ahí y siempre que puedo voy a lo de mi novia, para pasar un lindo día junto a ella y a Benito, nuestro perrito.
Como saben, a veces escribo en mi página; mucho menos de lo que desearía hacerlo, pero no siempre me siento seguro como para volcar ideas en el blog.
A todo esto, siempre venía postergando la posibilidad certera de retorna al gimnasio. Me daba vagancia... Pero mi novia me convenció y empezamos hoy en el American Sport, un gym super grande con un toco de clases y muchas máquinas. Siempre fui reacio a gimnasios grandes, no sólo porque la cuota me parecía exagerada, sino también porque me parecía que me ofrecían más cosas de las que podía hacer en mi tiempo libre.
Sin embargo, hoy, ¡sólo tengo tiempo libre! Ni trabajo conseguí, y desde Río Grande no viaja nadie desde Febrero para hacer una cobertura. Así que me anote en el gimnasio, con miras a hacer de todo, con tal de sentirme un poco mejor y, de paso, eliminar esa pequeña pancita, producto de meses de inactividad, amigos, asados y cerveza.
Por eso, para combarti la nada,¡empece yoga!. Fue raro porque nunca había ido a una clase en mi anterior gimnasio y también fue extraño porque era yoga: algo que jamás hubiese imaginado que iba a practicar.
¿Cuáles fueron mis primeras impresiones? Me encantó y, a pesar de que soy poco flexible y el yoga se centra en la elasticidad del cuerpo, me relajó y llenó de energía. Durante una hora, intente cumplir con todas las posturas y la que mejor me salió -creo- fue la de la tortuga. Chive como un condenado, me sonaron los huesos como nunca y la profe me retó por tener chicle (hay que relejar la mandíbula (yo no lo sabía). De todas formas estaba contenta, éramos tres hombres, algo atípico según nos comentó.
¿Llegaré a tener la flexibilidad que hoy vi en señora sesentona? Realmente no lo se, pero de a poco, asumo, voy a poder ir mejorando mi postura, mi respiración y mi estado físico.
Estoy esperando la próxima clasecon ansías, aunque sea hoy mi día no fue tan gris como de costumbre, el yoga me lo alegró.
Nos vemos...

Adio!

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