sábado, diciembre 08, 2007

La envidia del pearcing

- Oye Ma, Rolf, el chico alemán que vino de intercambio, se hizo un arito, ¿puedo yo hacerme dos?

-Bueno chico, pero sólo dos, y no le ponte una argollita que aquí, en La Habana, eso está de moda.

-Gracias Ma, te juro por Fidel y toda la revolución que quedará chévere...

Eso le dijo Juan Antonio a su mamá cuando vio que el alemán se había hecho un pearcing en la cara. Después, se pasó de mambo y ahora tiene más anillos en la cara que Saturno, que es un planeta.

Vía: Lorena Betta.

Adio!

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