martes, octubre 26, 2010

Wikileaks: las fugas informativa del horror

Wikileaks es hoy el sitio periodístico más fuerte y revelador de todos. Su lógica es simple: publica documentos clasificados, sobre todo bélicos, de diferentes gobiernos del planeta. Luego esa información es tomada por los medios que la procesan y re-publican para dar cuenta del horror de la guerra. Hace poco subieron casi 400 mil documentos sobre la guerra de Irak, mal llamada guerra contra el terror por los Estados Unidos. Para entender en un párrafo y un video de qué se trata, elijo el comienzo de una nota del domingo del diario El País, de España, y el video que hizo un canal de TV de Reino Unido que pego a continuación:

"A una niña la mataron mientras jugaba en una calle de Basora. A un detenido esposado lo sacaron a la calle para ejecutarlo a tiros. A dos sospechosos que se estaban rindiendo les dispararon desde un helicóptero Apache porque en la base pensaban que seguían siendo "objetivo legítimo". Son solo unos pocos ejemplos del macabro relato del día a día en la guerra de Irak que se desprende de los registros que llevaban los propios soldados norteamericanos sobre el terreno. Son miles de fichas que relatan abusos cometidos por ellos o por las tropas iraquíes leales a los aliados. Washington no quería que lo supiéramos, pero Wikileaks lo ha sacado a la luz mundial a través de Internet" (ver Los crímenes de Irak se revelan al mundo).



Adio!

jueves, octubre 21, 2010

Volver a marchar...

La foto la sacó Rodis Recalt.

Adio!

miércoles, octubre 20, 2010

El kiosco de Catalina en Canal 13


Antes que nada, una aclaración: lo que usted va a leer a continuación es una boludez. Real, graciosa, pero boluda. En televisión, el zócalo tiene como función resumir lo que un ve, resaltar algún textual resonante, epigrafeaer en todo sentido. Pero como la palabra no es unívoca, (esto quiere decir que no tiene un único sentido posible), los zocalos -sintagmas de letras- tampoco lo son y, a veces, se prestan al doble sentido. Eso pasa, cada vez que en Canal 13 o TN pasan revista en temas de espectáculo y presentan a Catalina Dugli y su "kiosco".

Según la RAE, "Kiosco" o "Quiosco" es:

quiosco.

(Del fr. kiosque, este del turco köşk, este del persa košk, y este del pelvi kōšk, pabellón).

1. m. Templete o pabellón en parques o jardines, generalmente abierto por todos sus lados, que entre otros usos ha servido tradicionalmente para celebrar conciertos populares.

2. m. Construcción pequeña que se instala en la calle u otro lugar público para vender en ella periódicos, flores, etc.

~ de necesidad.

1. m. Retrete público.

Pero los que somos periodistas sabemos que un kiosco tiene otro sentido. Un kiosco es un choreo, un currito que tiene el periodista. Por eso el revelador zocalo, leyendo su sentido oculto, es una suerte de sincericidio. Y esto ha sido, repito, una foto bonita y una boludez.

Adio!

domingo, octubre 17, 2010

Barrionuevo dice que hay que dejar de robar por dos meses

Barrionuevo, siempre polémico, en una entrevista que le hice durante el Coloquio de IDEA en Mar del Plata.



La nota: Barrionuevo: "Si este Gobierno deja de robar, en dos meses salimos adelante"


Adio!

lunes, octubre 11, 2010

Oliván y Alabarces: "6,7,8 no puede vivir sin el kirchnerismo"



Recomiendo el libro, está bueno aunque al principio la lectura sea un poco complicada. La nota completa acá.

Adio!

sábado, octubre 09, 2010

Lanata, Barone y el porco periodismo


Hace nueve días, Jorge Lanata llevó un chanchito al piso de DDT, su programa de canal 26. Él lo bautizó Orlando Varone (con ve corta) y lo acompañó todo el programa. En la última revista Noticias, Lanata dijo sobre el porcino: "Cuando crezca será un gran cerdo". A eso le siguió una respuesta de Orlando Barone, que se sintió tocado por el tocayo, y escribió sobre el tema en su columna semanal de la revista Debate. "El chancho, el chanchito y el chancherío" se titulaba y empezaba así:
Un periodista notorio y de peso, al que fundadamente sus colegas llaman o nombran “Chancho”, llevó a su programa de televisión un chanchito vivo al que, con gracia porcina, llamó Orlando Barone. Algo habré hecho para incitarlo a usar un ejemplar de “su especie” para nombrarme. Aunque tuvo el criterio de imaginarme un cochinillo, no un chancho rebozante. Se sabe que el cerdo no goza de prestigio simbólico ni social, y sólo tiene prestigio gastronómico. Por suerte, en mi caso, fue una calificación de una persona y no de muchas. Sería más duro de asumir, si todo el mundo me llamara “chancho”. Es que hay mucho “chancherío” últimamente. El diario La Nación editorializó con esta comparación chancha: “Alguna vez Alfredo Yabrán, acusado de ser el instigador de la muerte del reportero gráfico José Luis Cabezas, dijo que el poder era ‘impunidad’. No es improbable que la visión del matrimonio gobernante sobre el poder se acerque bastante a aquella definición de Yabrán”.

En casa de herrero cuchillo de palo. Julio César Saguier, el capo de La Nación, sacó su perfil bajo del nicho de Papel Prensa y salió a denunciar que Lidia Papaleo está pagada por el Gobierno. Fue la chancha tapa de la revista Noticias del número anterior. Fontevecchia chapotea en el barro porque es la lógica de la ingesta mediática de moda. La denunciada desmintió públicamente a Saguier y lo ratificó en una carta de lectores en el diario del denunciador. Éste le contesta al pie tan cuidadosa y pudorosamente que produce la esperanzada sensación de que la impunidad va siendo revertida por lo punible. La respuesta sin firma a la desmentida de Papaleo dice lo siguiente: “Ni la Nación ni sus autoridades contestan agravios y se limitan a las presentaciones ante la Justicia” (acá la columna completa).
Entonces vino otro descargo de Lanata -que dudo que haya leído Debate, pero seguro vio lo que se dijo de él en '6,7,8'- que tiró la frase: "Decían chupe Barone y Barone chupaba" (ver el editorial). El párrafo completo fue así: "Me gritan los de 67rocho, ¿quiénes son? Un pobre viejo acabado como Barone, ex empleado de Clarín durante toda la dictadura. Toda la dictadura chupando Barone, toda la dictadura chupando. Decían 'chupe Barone' y Barone chupaba. Ex columnista de La Nación también. ¡Fijate que revolucionario el chupador!".

El video se subió a YouTube el 5 de octubre, es decir hace cuatro días, y ya tiene 137.743 reproducciones. Y ayer, este párrafo de la entrevista con Noticias: "Barone es una rata, no creo que lo haga [criticarlo a él] por convicciones ideológicas. ¿Es el mismo Barone que trabajó en La Nación y en Clarín en la época de la dictadura?".

Y en ese reportaje, donde dice que como cumplió 50 años le chupa -valga la redundancia- todo un huevo, para rebatir a Aliverti tira una guarangada -que puede ser cierta o no, pero es una rastrereada al fin. Dice Lanata: "El otro día lo escuché a Aliverti hablando de egolatría, yo no lo puedo creer... ¡Aliverti! Eduardo se escucha a si mismo desde hace años, lo único que hace es pajearse escuchándose a si mismo. ¿Vos lo escuchaste hablar a Eduardo? (Y se pone a imitarlo) 'Vamos a ver cómo no se qué...'. Está haciéndose la paja, y él está hablando de egolatría, se hace la paja mirándose al espejo y habla de egolatría, yo no lo puedo creer". Por si no quedó claro lo llamó pajero, onanista si se quiere ser más polite. Acá lo podes escuchar de boca del fundador de Página/12.

Y enseguida después de leer esa entrevista, recordé algo que recuerda Pablo Alabarces en el libro que escribió con María Julia Oliván 6,7,8. La creación de otra realidad. Cuenta el sociólogo: "Barone se proclama 'más allá del bien y del mal'. Ya me dijo cinco veces -las cinco veces que estuve en el programa-: 'Yo tengo 72 años, entonces ni el sexo me importa'. Él siempre afirma desde ese lugar, incluso se lo he escuchado decir varias veces al aire".

Y entonces no entiendo nada. ¿Son dos tipos en crisis de vejez que pugnan por ver quien la tiene más grande o si aún se les para? ¿Qué tienen que ver los chanchos en esto? ¿O estaremos ante una nueva suerte de periodismo, el porco periodismo, género cerdo si los hay, una mezcla verbal de la furia de Hebe de Bonafini, la incontinencia de Baby Etchecopar, la vulgaridad de la Mole Moli, y el estilo tinellistico de las peleas de Bailando por un sueño? Las piaras k se pelean con las antik en el barro de la historia, que termina siendo un chiquero. Es todo un enchastre y no queda mucho más que eso.

Los cerdo gruñen. El verbo no es casual. Un periodismo que gruñe no sirve más que para hacer quilombo, como el de Lanata y Barone.

Adio!

martes, octubre 05, 2010

Lanata: "Decían chupe Barone y Barone chupaba"

Gran editorial del gordo Lanata en DDT contra Gvirtz, Duro de Domar, 678 y demás.



Fuente: El YouTube de gdesancho


Adio!

lunes, octubre 04, 2010

Cobos y una biografía "no positiva"

El 17 de julio de 2008, minutos después del “voto no positivo” del vicepresidente Julio Cobos, decisión que lo eyectó del oficialismo y lo erigió en ese momento en una suerte de ídolo de la oposición, los periodistas mendocinos Analía Boggia y Javier Polvani tomaron una decisión: escribir la biografía pública y privada del hombre que le había infringido al kirchnerismo su primer derrota nacional.

Cuidado con Cobos ¿Quién es ese hombre? (editorial Aguilar) es el fruto de esa investigación y un libro que permite adentrarse en aspectos desconocidos del hombre que pidió que la historia lo juzgue.

Al comienzo, un párrafo traza el perfil político del vice y es lapidario: “ Cobos no es ni se hace. Sus acciones son el resultado de su personal interpretación de lo que la tribuna espera de él. Lo desvela la gloria; lo condiciona la respuesta inmediata del colectivo que se identifica como ‘la gente’; la confrontación con la opinión dominante lo martiriza, aún en las ocasiones en las que está convencido de que la opinión pública se equivoca”.

Lee la entrevista que le hice a los autores de este muy recomendable libro: "La biografía que cuenta los secretos e intimidades de la vida de Julio Cobos".

Adio!

viernes, octubre 01, 2010

Yo compré uno de los 975 ejemplares del libro de Casciari


El 30 de septiembre, el gordo Hernán Casciari, un escritor de puta madre, se despertó en España, donde vive, y decidió que era el día indicado para mandar todo a la mierda. Y escribió el post "Renuncio". Ahí, anunció que días atrás había renunciado a su columna en el diario ibérico El País, también contó que dejaba de escribir en La Nación de Argentina por charlas telefónicas inverósimiles -en las que por ejemplo le preguntaban si estaba chequeado que al Papa le gustaba clavarse una lámpara de pie en el orto-, y le comunicó a Random House Mondadori que pegaba el portazo en la Editorial Sudamericana de Argentina, o con Editorial Grijalbo en México. Al mismo tiempo le agradeció Plaza & Janés de España, pero fue sincero: "Como vengo embalado tampoco publicaré más allí".

En su descargo publico, Casciari relató una anécdota increíble de un encuentro que tuvo con el directivo de Sudamerica:
La última vez que estuve en Buenos Aires (no fue hace mucho) el director de Sudamericana me dijo, como al pasar, que solamente se habían vendido 975 ejemplares de mi primer libro de bolsillo en Argentina. Me dio una grandísima vergüenza en retrospectiva. Por suerte no supe aquello en 2005 —pensé— cuando salió aquel libro, porque me retiraba para siempre del circuito de las letras.

Sin embargo, un par de semanas después me encontré en el Skype con Andrés Monferrand, un gran amigo y un buen librero mercedino.

—En Mercedes tus libros se venden como bizcochitos —me dijo feliz—. Tengo una lista de cuánto vendí en la librería, año por año.

Y me adjuntó esas cifras. De aquel primer libro de bolsillo, Andrés había vendido en mi ciudad natal 650 ejemplares. Qué extraño, pensé, recordando la cifra total de ventas en Argentina según Sudamericana. Qué extraño. En una de las tres librerías de mi ciudad casi se habían vendido todos los ejemplares del país. O Andrés me mentía, o me mentía la Editorial.

Yo creo que Andrés exageraba.
Yo fui uno de los 975 que compró aquel libro de bolsillo. Lo hice en el verano de 2007, en Salta. Un día fui a pasear con mi suegro, Don Diego, entramos al Musimundo, y ahí estaba Diario de una mujer gorda, de Hernán Casciari, con ilustraciones de Bernardo Erlich. Cuando empecé a leer la historia de Mirta Bertotti no pude parar de reirme y terminé en libro en algunos días. Se lo recomendé a todo el mundo, pero nadie agarró viaje. Años más tarde, mi novia fue a ver la obra de Gasalla inspirada en el libro y cuando salió me contaba a carcajadas cosas que yo ya había leído. ¿Cómo no iba a hacerlo si era uno de los 975 tipos del país que tenía un ejemplar?

Yo no creo que Andrés -el librero de Mercedes- exagerara. Todo lo contrario.

Link: "Renuncio", por Hernán Casciario (Orsai)

Adio!