miércoles, mayo 29, 2013

Lanata, en 1994, hablando del "argentino" con el NY Times


Haciendo un poco de archivo encontré a Jorge Lanata hablando del día en que a Maradona le cortaron las piernas en el mundial de 1994. 

Es interesante y hasta muy vigente leer lo que decía el periodista entonces para el New York Times sobre el "ser argentino" y cómo trasladó una cuestión futbolística al terreno de la idiosincracia local. Acá sus palabras:

"The theme of a plot is very Argentine because it excuses your own guilt", said Jorge Lanata, a columnist for the daily newspaper Pagina 12. "If Argentines confront reality, they have to face the fact that they are responsible for what is happening. It is much easier to place the blame on others. If there was a conspiracy, then we are not responsible for anything. It is a typical symptom of the Argentine sickness. All the world is conspiring against 30 million Argentines. That is crazy."

Adio! 

viernes, mayo 17, 2013

La prima de mamá descansa en paz

Silvia, la prima de mamá, al final, con un suéter verde y lunares blancos.

Cuando escuchó la noticia, a mamá se le dibujó una sonrisa, se le puso la piel de gallina y se emocionó. Se acordó de su prima, Silvia. ¿Cómo no hacerlo? Los titulares de todos los canales de televisión anunciaban: "Murió Jorge Rafael Videla". Y ella, mientras tomaba maté, se tuvo que prender un Jockey suave corto por los nervios. Fue un reflejo. Ese tipo, que había sido el cerebro de la desaparición de su prima (y otras 30 mil personas), estaba, después de tanto tiempo, muerto. Muerto al fin.

Mamá siempre me contó el último recuerdo que tenía de su prima. Le quedó grabado en la retina de por vida. Ya lo conté una vez en ese blog, pero lo retomo. Ella estaba en el aeropuerto, donde trabajaba. Le entregó los pasajes a Silvia y su marido, Juan Carlos Mora, al que todos le decían "El chino". Viajaban a La Plata, donde estudiaban. La abrazó fuerte, le deseó lo mejor, La abrazó sin saber -quizás- que su prima estaba embarazada. Y nunca más la volvió a ver. 

El 1 de diciembre, Silvia fue secuestrada y desaparecida. Su bebé nunca apareció, como tanto otros bebés. Ese chiquito que nació cuando ella estaba privada de su libertad. De nuevo, como tantos otros bebés. 

Hace un rato veíamos tele. Pasaban la noticia, como casi todo el día. Mamá la vio y dijo: "Hijo de puta, mi prima hacía seis meses vivía en La Plata". 

En 2009, los restos de Silvia aparecieron en una fosa común de Avellaneda, con otros 400 cadáveres. Ahí mamá, pudo cerrar un poquito esa herida que le quedó de la dictadura. Hoy, cicatrizó más, cuando el genocida dejó de respirar, en una celda común de la cárcel de Marcos Paz. Condenado, como debía ser por la democracia, primero por el gobierno de Raúl Alfonsín, al que mamá votó, y después por el de Néstor Kirchner, al que mamá no votó. 

La prima de mamá descansa en paz, el tipo que la mandó a matar está muerto. En cambio ella siempre va a vivir en el recuerdo de los suyos, de mi mamá, en su retina. Para siempre. 

Adio!