lunes, mayo 31, 2004

Se murió mi PC

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Mi computadora esta en un estado de coma 4, casi al borde de la muerte digital, por lo que se me va a hacer dificil postear todos los días. Eso es lo malo de saber usar las pc, pero no cuidarlas y mantenerlas. Ahora se va de viaje, para que la arreglen y quede como nueva otra vez.
El miercoles esta en mis planes hacer el primer posteo del Tp de datos, así que Mario o Ignacio ese día, seguramente, sino ocurre nada fuera de lo previsto podrán encontrar info sobre mi poryecto.

viernes, mayo 28, 2004

Otra mirada sobre el éxito de Moore

Ayer, despúes de rendir el parcial de semiótica 2, calenté mi cuerpo con un capuccino con chocolate y llené mi estomago con una medialunita de manteca en el barcito del primer piso de la facultad.
Mientras tomaba mi café, agarre un Página/12 que estaba ahi en el mostrador, lei como siempre primero los chiste de Rep y de Paz y Rudy; y a continuación pase a la contrapata. Al ver allí una foto de Michael Moore, me sumergí en la lectura de dicha contratapa. Interesante lo que decía, me parecío una mirada diferente acerca del director de Bowling for Columbine y la reciente Fahrenheit 9/11 (ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes).
Para mi asombro, al finalizar la nota pispié quien era aquél que aportaba esta mirada distinta, UHHH Fresán, que raro que me haya entretenido tanto leyendo algo de Fresán, por lo general me aburro en los dos primeros párrafos y claudico. Pero esta no que la situcación, me gusto la contratapa por eso la pongo para que el que entre al weblog, si hay alguno, o algún perdido entro por error, que la lea y me diga que opina...

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El hombre que grita

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Por Rodrigo Fresan

UNO De aquí unos años, cuando –seguro– a alguien se le ocurra filmar un neo-documental sobre el neo-documentalista y alguna vez estudiante para sacerdote católico Michael Moore, la escena en la que el hombre en cuestión recoge su Oscar por Bowling for Columbine ocupara sitio preferencial. Recuerden: Moore camina lentamente hacia el escenario del Kodak Theatre como uno de esos cowboys de mediodía. Moore sube, sonríe y lanza una furibunda diatriba, cada vez más encendida e inflamable, contra Bush y el mal estado de las cosas en los buenos Estados Unidos. Lo de Moore fue más vómito que discurso y recuerdo que a mí en principio me entusiasmó, enseguida me causó gracia y luego acabó produciéndome cierta inquietud. Un malestar que demoré un par de días en diagnosticar. Ahora, más de un año después, coincidiendo con el estreno y Palma de Oro a su Fahrenheit 9/11, lo tengo un poco más claro.
Lo que no significa que ese malestar haya desaparecido.

DOS Al César lo que es del César y a Moore lo que es de Moore: primero con sus audiciones radiales y su propio periódico independiente –Radio Free Flint y The Flint Voice–, más tarde con su show The Naked Truth, y después con sus largometrajes Roger and Me y el ya mencionado Bowling for Columbine, el hombre ha conseguido revitalizar el siempre agónico género documental por más que a él no le guste semejante etiqueta. “Me suena a nombre de medicina”, dijo hace unos días y, de algún modo, la similitud metafórica es apropiada: porque los trabajos de Moore tienen la misma textura y el mismo gusto y provocan la misma náusea que esos espesos jarabes de nuestra infancia donde la enfermedad se combatía con un remedio francamente asqueroso. Las películas de Moore son un poco así: dan arcadas, pero se supone que hacen bien. bowlingforcolumbine.jpg Las películas de Moore limpian y purgan y alivian y uno se levanta de la butaca sintiéndose cómplice de una cruzada, parte del equipo en el que hay que estar, coprotagonista de una buena acción. No está mal por el precio de una entrada de cine. Buen producto. Y me pregunto si eso es una virtud o, simplemente, una nueva y oscura mutación del virus que se persigue y que, para despistarnos, se convierte en otra cosa. En algo que no cura sino que, en realidad, lo único que hace es atacar al síntoma y no a la enfermedad. Calmar el dolor no significa necesariamente curar. Problemas de la medicina alopática y, tal vez por eso, yo desde hace años me he acogido a los más lentos y sutiles beneficios de la homeopatía: para muchos es una farsa, sí, pero lo que la homeopatía ataca es al Mal en sí y no se preocupa tanto por su sintomatología. Michael Moore, me parece, es decididamente alopático: se conforma con pegarle a la encarnación del mal, al imbécil de turno que puede ser el dueño autómata de una fábrica de autos, o Charlton Heston con rifle en mano, o George W. Bush –quien, desequilibrado, acaba de caerse de su bicicleta– rodeado de niños en una escuela de Florida y con la mirada zombie luego de que alguien le informa que dos aviones decidieron suicidarse contra dos torres muy muy muy altas de Manhattan. Sí, Sr. Presidente, esas torres.

TRES Aclaración pertinente, interferencia necesaria: escribí estas palabras antes de que Moore triunfara en Cannes y que un cínico o imbécil –uno nunca está del todo seguro teniendo en cuenta cómo ha manejado y chocado los últimos acontecimientos esta administración– funcionario de la Casa Blanca declarara que “esto demuestra que hay libertad para todos en Estados Unidos” o algo así.
Me alegro por el triunfo de Moore, espero que sirva para algo y para alguien. Pero una cosa es cierta: sus rivales seguirán despreciándolo y sus adictos seguirán consumiéndolo y mucha más gente de bien irá a ver este nuevo film sabiendo a la perfección lo que encontrará en él porque hace ya mucho tiempo que tiene perfectamente claro quiénes son los malos de la película real de sus vidas sin que fuera necesario que Michael Moore se los señalara. Y vuelvo a decirlo, por las dudas, para que quede claro: me parece bien que Michael Moore exista, pero no me parece bien que Michael Moore sea lo único que exista a la hora de perseguir a los malos de la película. No me preocupa la mística de Michael Moore –con su inamovible gorra de baseball; sus gritos; sus actitudes de divo operístico; sus conferencias a estudiantes por las que cobra 10.000 dólares; sus graciosos libros no demasiado bien escritos coronando las listas de best-sellers de medio mundo; sus comentarios “ingeniosos” y descarrilados del tipo “los pasajeros de los aviones del 11-S eran unos gatos cobardes; los secuestradores no hubieran llegado muy lejos de haber viajado más negros a bordo”; sus momentos demagógicos para su lucimiento (cuando le muestra, ay, esa foto a Heston)– porque, después de todo, el genial Orson Welles también era así de maleducado, así de cuestionable en sus estrategias y movimientos. Lo que sí me preocupa es que Michael Moore se consagre en única opción posible, en verdugo mediático, en válvula de escape, en adalid que –para felicidad y alivio de esos a quienes combate y denuncia ahora desde la alfombra roja de La Croisette– acabe ocupando el vistoso pero poco eficaz sitio que en realidad tendrían que ocupar jurados y jueces y carceleros. Ese placebo que consuela tanto a aquellos con sed de justicia como a los que deberían ser destituidos o estar tras las rejas y que, finalmente, se desentienden del asunto presionando un botón de nuestro remoto control y cambiando de canal cuando Moore aparece y así anularlo con el siempre patriótico y alucinante y alucinado Fox News. O más fácil todavía: yendo al cine a ver otra cosa. Cualquiera de esas prácticas falsificaciones históricas donde el narrador en singular primera persona aparece, siempre y por siempre, envuelto en barras y estrellas.

Así, me temo, Moore como un cómodo comodín que grita mucho pero consigue poco y que –más temprano que tarde– acabará pasando de moda. Moore como ese compañero de aula –ese mejor peor alumno– que todos alguna vez tuvimos y a quien tanto admiramos y vaya a saber uno qué ha sido de él y dónde estará ahora.

jueves, mayo 27, 2004

La relación Hombre - Videojuego

Despúes de la clase de datos del día de hoy, jueves, en la que hablamos acerca del trabajo práctico de la virtualización de Buenos Aires, me dieron ganas de volver a ponerme en contacto con mi playstation. En la clase charlamos sobre la relación entre los hombres (ambos géneros) y los juegos en red de los cibercafes.
¿Hasta que punto podemos sentirnos inmersos en un juego virtual? ¿Realmente nos damos cuenta de que jugamos contra otras personas? ¿Maquinas o personas? En mi opinión, la situación especifica de los cibercafes porteños representa la aderenalina de jugar contra otras personas dentro de un mismo recinto.mgsogs.jpg Nada se compara con un buen partido 5 contra 5, ojo es lo que pienso. Pero, en estos tiempos que corren, quiza vale más y cuesta menos sentir la violencia vortual de "jugar" a la guerra por 2 pesos.
Uno, que ya esta viejo para estos de los cibers counterstrikeados, 21 años, siente una profunda incomodidad al sentarme en una pc a navegar y tener gente gritando al lado. Viejo en el sentido nuevamente de los tiempos que corren...
Nose, son cosas que uno piensa, es loco; prefiero jugar al espía y no a la guerra, ser un 007 y no un marine o terrorista. La nostalgía me hizo caer en el consumo y despúes de años compre un juego de play, Metal Gear Solid, esta noche va a ser larga, vuelvo al espionaje de la mano del control...

miércoles, mayo 26, 2004

¿Que es la semiótica?

Mañana termina el sufrimiento, parcialmente, llega la hora de rendir el examen de semiotica 2, al fin, veremos como me va... espero que bien, mi mente es un lio entre Saussure, Peirce, el lenguaje corporal y Verón.
En cuanto al TP de datos, veremos que onda estoy pensando algunas hipótesis pero nada concreto aún, en la clase de hoy salieorn buenas ideas, en mi cabeza retumba hacer algo relacionado con los medios de comunicación digitales que contribuyen a la construcción de un ciberespacio, una Buenos Aires online, virtual.
Diccionario Payistico
towlie.jpg<Semiotica: ciencia, práctica en donde la gente que discute e interpreta, polemiza, sobre lo que otros hablaron de otros previamente, y así sucesivamente ampliando una semiosis infinita, metarecontradiscursiva que despúes con los años tendrán que leer, estudiar y memorizar gente que piense dedidacrase a la comunicación social...

martes, mayo 25, 2004

Mi Primer Post

Empezar un proyecto siempre es dificil, veamos que sale de esto. Bienvenidos a mi weblog!