miércoles, enero 13, 2010

Ducrot: "No existe el periodismo neutro"

En la revista Contraeditorial, una de las mejores publicaciones del último año, que hace un balance medio incompleto de los papelones periodístico del año (después escribiré sobre esto), publican una interesante entrevista a Víctor Ego Ducrot, director de la Agencia Periodística del Mercosur y del Observatorio de Medios de esa agencia,, y profesor de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, que afirma: "No existe el periodismo neutro".

A propósito de su último libro, "Sigilo y nocturnidad en las prácticas periodísticas hegemónicas. Una introducción al modelo teórico y metodológico Intencionalidad Editorial", Ducrot hace algunas reflexiones interesantes, que cito a continuación:

"(...) No hay práctica periodística posible por fuera de la disputa por el poder. Para construir o reconstruir o modificar el estado de la naturaleza de clases.

–¿Se refiere tanto al poder político como al económico?

–Sí, al poder en general. En términos foucaultianos, el poder no reside solamente en el Estado sino que también habita y se practica en otros ámbitos de categoría más micro: en la familia, en la escuela y en la sexualidad. La mofa permanente de los géneros, de la homosexualidad, la versión grotesca de lo erótico en un medio de comunicación central, como ocurre en el programa de Tinelli, aunque exceda lo periodístico, es un mecanismo de posicionamiento de poder, en este caso, del poder descalificatorio, discriminador y machista. Pero no hay prácticas periodísticas, ni siquiera en el campo llamado “información de servicio”. Esta es un área más debatible. Nosotros tratamos de verificar el modelo de Intencionalidad Editorial en el caso del boletín meteorológico de la televisión. Con un grupo, nos pusimos a seguir el servicio meteorológico de la BBC de Londres. En un momento determinado notamos que Turquía, pese a ser un país europeo, no aparecía en el mapa. Justamente, era el momento en que se debatía en Bruselas el pedido de Ankara para incorporarse a la Unión Europea. El gobierno británico era una de las puntas que se oponían a ello y la BBC de Londres es un medio del Foreign Office, de la Cancillería británica. No había discusión. Pasemos a otra de las secciones supuestamente menos centrales de un medio periodístico, por ejemplo la de modas. Si uno ve Fashion TV pareciera que sólo hay en el mundo mujeres flacas, fantásticas, fabulosas, que están en el Mediterráneo y en el Caribe. No hay gordas, no hay feas y tampoco tipos feos. Y esto es una creación de sentido: es fascismo en estado puro. Trabajan sobre los sentidos. La contracara de esto es “negro de mierda”, “gorda de mierda” o “sos bolita”. Se trabaja desde ahí.

–En su libro se refiere a la influencia de los medios de comunicación y de su relación con los regímenes políticos, económicos e institucionales, o con las organizaciones sociales, según el caso. Y afirma que del modo en que se concrete y se dirima esa interactuación dependerá en última instancia que el poder siga siendo hegemónico o que sea modificado por otro de naturaleza distinta. ¿No es una mirada exagerada sobre el poder de los medios? Siempre se recuerda que Perón ganó las elecciones con la prensa en su contra.

–Esto es muy interesante porque hay constataciones permanentes de que el espacio mediático tiene una capacidad de influencia estratégica, pero que esta no se cierra en sí misma, si no Evo Morales no sería presidente. Y tampoco Chávez y Correa. Y el gobierno de Cristina Kirchner habría terminado hace un año, y los porteños andaríamos calzados con una 45 matando gente con cara sospechosa. La instalación del miedo, a partir de la matriz seguridad/inseguridad, es algo cuyas consecuencias todavía no se están midiendo. Alcira Argumedo dice algo muy interesante: “La capacidad de influencia de los medios de comunicación hegemónicos es inversamente proporcional a la capacidad de organización y movilización de los actores sociales”. Eso es muy interesante porque si no no se explicaría por qué Evo Morales, en cada elección, saca 10 puntos más. Con el Observatorio de Medios trabajamos en los 15 días previos al triunfo electoral de Evo en la primera vuelta, y notamos que la mayoría de los medios de Bolivia no sólo opinaban contra él sino que sacaron editoriales en los que lo calificaban como “el borracho” o en los que se afirmaba que “el indio tiene que aprender a hablar”. Y Evo, no obstante, ganó con más del 60 por ciento de los votos. Creo, entonces, que el debate por los sentidos, pese a la construcción corporativa casi ritualesca de los medios de comunicación a partir de mediados del siglo XX hasta nuestros días, denota este espacio como estratégico. Por eso es muy importante la nueva Ley de Medios: el otorgamiento de un tercio de la frecuencia radioeléctrica a, digamos, la sociedad, que provoca un proceso de democratización en los espacios mediáticos.

–En su obra hay una crítica muy fuerte a agencias de noticias prestigiosas como AP y AFP, y a diarios de reputación mundial como The New York Times.

–Sí. Durante toda la Guerra Fría –hoy esto sigue pero está un poco más disuelto– había un latiguillo en la construcción informativa del lenguaje de agencia que era “aseguraron fuentes diplomáticas occidentales”, traducible a europeas y estadounidenses. Remitía a un sentido común: que la convalidación del principio de verdad remitía a los poseedores del ejercicio de la palabra. Yo trabajé en Prensa Latina y en otras agencias de prensa confrontativas con las del bloque hegemónico, y te puedo decir que jugábamos mucho con este tema: usábamos “fuentes africanas” o “fuentes latinoamericanas”. La selección de fuentes y de la agenda son dos de las herramientas para la construcción de la parcialidad.".

La entrevista completa.


Adio!

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