El número 25

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Hace 25 años, en una clínica de Río Gallegos, en una cesárea, nacía a las 20:15 mi hermano mellizo Emilio. Yo llegué con un poco más de retraso: 20:30. Después de eso, nos dedicamos a aprender cómo era eso de vivir la vida y tan mal no nos está yendo.

Con familia y amigos, pudimos celebrar, soplar las velitas, brindar y comer torta de chocolate y de nuez con merengue. Y la verdad que estuvo muy lindo. Después nos fuimos de joda a un boliche, para no repetir lo del año pasado (tremendo cumple también).

Todo salió perfecto, la fiesta fue en paz y hoy pude levantarme a horario, sin resaca, comer en familia y festejar el cumpleaños de mi hermano, el mío y el del integrante más nuevo de la familia, Benito, que nació hace 2 años en Salta, y hoy nos llena la vida de alegría y lengüetazos a mi novia y a mí.

¿Estamos más viejos? Sí. ¿Estamos más hechos mierda? Seguro. Pero cada año que pasa, uno le va tomando más el gustito al tema y se da cuenta de que envejecer es lo de menos. Un cuarto de siglo, ahora vamos por el medio.

Adio!