viernes, octubre 01, 2010

Yo compré uno de los 975 ejemplares del libro de Casciari


El 30 de septiembre, el gordo Hernán Casciari, un escritor de puta madre, se despertó en España, donde vive, y decidió que era el día indicado para mandar todo a la mierda. Y escribió el post "Renuncio". Ahí, anunció que días atrás había renunciado a su columna en el diario ibérico El País, también contó que dejaba de escribir en La Nación de Argentina por charlas telefónicas inverósimiles -en las que por ejemplo le preguntaban si estaba chequeado que al Papa le gustaba clavarse una lámpara de pie en el orto-, y le comunicó a Random House Mondadori que pegaba el portazo en la Editorial Sudamericana de Argentina, o con Editorial Grijalbo en México. Al mismo tiempo le agradeció Plaza & Janés de España, pero fue sincero: "Como vengo embalado tampoco publicaré más allí".

En su descargo publico, Casciari relató una anécdota increíble de un encuentro que tuvo con el directivo de Sudamerica:
La última vez que estuve en Buenos Aires (no fue hace mucho) el director de Sudamericana me dijo, como al pasar, que solamente se habían vendido 975 ejemplares de mi primer libro de bolsillo en Argentina. Me dio una grandísima vergüenza en retrospectiva. Por suerte no supe aquello en 2005 —pensé— cuando salió aquel libro, porque me retiraba para siempre del circuito de las letras.

Sin embargo, un par de semanas después me encontré en el Skype con Andrés Monferrand, un gran amigo y un buen librero mercedino.

—En Mercedes tus libros se venden como bizcochitos —me dijo feliz—. Tengo una lista de cuánto vendí en la librería, año por año.

Y me adjuntó esas cifras. De aquel primer libro de bolsillo, Andrés había vendido en mi ciudad natal 650 ejemplares. Qué extraño, pensé, recordando la cifra total de ventas en Argentina según Sudamericana. Qué extraño. En una de las tres librerías de mi ciudad casi se habían vendido todos los ejemplares del país. O Andrés me mentía, o me mentía la Editorial.

Yo creo que Andrés exageraba.
Yo fui uno de los 975 que compró aquel libro de bolsillo. Lo hice en el verano de 2007, en Salta. Un día fui a pasear con mi suegro, Don Diego, entramos al Musimundo, y ahí estaba Diario de una mujer gorda, de Hernán Casciari, con ilustraciones de Bernardo Erlich. Cuando empecé a leer la historia de Mirta Bertotti no pude parar de reirme y terminé en libro en algunos días. Se lo recomendé a todo el mundo, pero nadie agarró viaje. Años más tarde, mi novia fue a ver la obra de Gasalla inspirada en el libro y cuando salió me contaba a carcajadas cosas que yo ya había leído. ¿Cómo no iba a hacerlo si era uno de los 975 tipos del país que tenía un ejemplar?

Yo no creo que Andrés -el librero de Mercedes- exagerara. Todo lo contrario.

Link: "Renuncio", por Hernán Casciario (Orsai)

Adio!

1 comentario:

Belén dijo...

Me pasó lo mismo, en mi caso, leyéndolo en el blog. Y nadie me siguió el carro...