Algunos ya lo saben, otros no y no tienen porqué: me fui de Perfil. Después de 4 años y tres meses, un ciclo se cerró. Cuando se lo contaba a algunos conocido, no lo podían creer. "¡¡¡Cómo!!! ¡¡¡Por qué!!! ¡¡¡¿Estás bien?!!!", era su reacción. Y la verdad que sí, estoy bien, contento, aunque con el dolor normal que uno siente cuando deja un lugar al que quiere (que no siempre coincide con que a uno lo quieran en ese lugar). Al final, LIBRE –ese diario que hicimos entre un grupo inolvidable– terminó siendo más que un nombre de fantasía; se convirtió en un sinónimo de mi actualidad. Así estoy hoy: libre. Sería ingrato criticar a la empresa que durante tantos años me formó, no porque no tenga cosas que criticarle, sino por una cuestión de respeto.
Así que gracias Perfil, gracias a todos mis compañeros, y chau.
Así que gracias Perfil, gracias a todos mis compañeros, y chau.
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