Mario Pergolini está enojado. Hace unos días, escribió una editorial en el portal su nueva radio Vorterix, indignado por una foto de la revista Caras del Flaco Spinetta que retrataba su lucha contra el cáncer. Dijo lo siguiente:
"Desde hace muchos años la Editorial Perfil, dirigia por Jorge Fontevecchia, se dedica a publicar mierda escrita. Lo he comprobado en persona cada vez que publican cosas sobre mí en las cuales yo sé claramente que están mintiendo o inventando. Lo sé porque es mi vida, no tengo que buscar muy lejos. Hace poco esta editorial saco en su Diario (?) Libre (hermano menor de otra publicación bastante berreta que es el diario Perfil) una foto de Sofía Gala Castiglione, hija de Moria Casán, fumando en un recital. Ella no estaba en el escenario, ni era protagonista de nada que tenía que ver con el espectáculo; tampoco dañaba a un tercero ni estaba haciendo apología alguna. Pero el periodista gráfico que estaba sacando fotos prefirió voltear y, en vez de sacarle fotos a los verdaderos protagonistas del espectáculo, prefirió disparar contra el público con su cámara para ver a quién agarraba -suponemos- infraganti, y señalarlo con su dedito fotográfico. ¿Para qué? No lo sabemos. ¿Sirvió de algo? Obvio que no; sólo sirvió, tal vez, para que la gente se ponga a juzgar y ellos vender, diciendo que lo hacen en nombre del periodismo. Éste fotógrafo, que hace que José Luis Cabezas -fotógrafo que perteneció a la misma editorial- se revuelva en su tumba, sólo buscó mierda para poder llevársela a su jefe, que sabría que tiene una moral de mierda, y poder publicarlo. Ahora, desde otra publicación de Perfil (Caras) le hicieron una guardia fotográfica a Luis Alberto Spinetta para poder fotografiarlo a escondidas -por supuesto- y publicar en tapa una foto donde se lo ve desmejorado por culpa de su enfermedad. Enfermedad que, como se imaginarán, les duele a todos los que lo queremos y ni qué decir de su grupo más cercanos de familiares. Este fotógrafo incluso siguió disparándole con su cámara mientras él, enojado, le pedía que dejen de fotografiarlo. Ésa foto también fue publicada! Porque indudablemente a Fontevecchia y a los empleados de Perfil les encantará mostrar todo esto (incluyo a los empleados porque no vi en ningún lado que aclaren que les parece una barbaridad), porque entienden que el peridismo también sirve para mostrar Mierda, aunque dañe a alguien. Jorge Fontevecchia fue honrado con su inclusión en la Academia Nacional de Periodismo. Exijo -y espero que si a alguien le interesa me acompañe- que lo retiren inmediatamente de esa gran Institución. Porque Fontevecchia se la pasa publicando Mierda. Mierda en nombre del periodismo. Mierda en nombre de sus ingresos. Ojalá que nadie que trabaje en Perfil sufra alguna vez este tipo de coberturas. Porque una vez que tocás mierda, olés así para siempre".
Dicho esto, basta recordar algunas cosas. Cuatro Cabezas, la productora de Pergolini, fue la encargada de filmar una cámara oculta al cirujano plástico Alberto Ferriols, esposo de la vedette Beatríz Salomón, cuando en su consultorio degustaba, sin culpa, teniendo sexo con una travesti, Mara. A cambio de ello, el doctor les hacía un suculento descuento en el precio de las operaciones. La cámara oculta generó polémica en los medios y Daniel Tognetti, quien conducía el programa, no quiso participar de una editorial al respecto por no compatir los criterios del informe, que eran (más allá del morbo de mostrar a un padre de familia con un travesti), bastante endebles. Las consecuencias de la cámara oculta hoy son conocidas: destruyó la familia de Salomón, puso en juego la tenencia de sus hijas, adoptivas ellas, y para Ferriols solo hubo rechazo social, pues el hombre hoy sigue operando.
Un profesor de la facultad, OSvaldo Gazzola, siempre nos decía que para él una cámara oculta era como una picada, salvando las distancias. Se utilizaba para lastimar, ya que era más ético y noble realizar, ante presencia de un ilícito, una denuncia judicial y no un filmarlo a escondidas. Siempre me quedé con ese concepto, para qué hacer cámaras ocultas, más allá de que en la televisión, por su formato, garpe.
Hoy Mario Pergolini da clases de ética con ese muerto en el placard. Dice –y acá quiero aclara que no tengo puesta ninguna camiseta, pero uno debe predicar con el ejemplo y cuando critican al medio en el que laburo me caliento un poco– que LIBRE, Perfil y Caras publican mierda y huelen a mierda. Él que siempre ha hablado con los medios de la editorial de forma cordial. Él, que en su postura de chico progre, cuyo mayor gesto de irreverencia al poder es ponerse lentes negros, hacer cuernitos y decir fuck you. Él, que cuando Menem lo atendió desde la Quinta Presidencial de Olivos estaba más contento que perro con dos colas. Él, que condujo hasta hace poco un programa cuyo mayor logro era ser "los mimados" de Néstor y Cristina Kirchner en cada acto oficial que había (esto lo vi y vivi en carne propia, no me lo contaron). Él, que después de una década de tener a Tognetti como periodista estrella, quiso pichulearle guita cuando lo echó, diciendo que no era periodista (ver Las claves del fallo que convirtió a Tognetti en millonario –los papeles del fallo) Él, hoy está indignado.
Le pregunté a un amigo que de este conoce mucho qué era, a su entender, el "Pergolinismo". Me respondió: "El Pergolinismo es un enjanbre de gente cool que suele no leer los diarios". Pero me aclaró: "Tienen buenas ideas". Hay que decirlo: Pergolini, desde la TV, marcó una generación. Con sus trajes negro, siempre camisa blanca y corbata, más los antes mencionado lentes, buscó eregirse como el anti-Tinelli, más cool, pero terminó en la misma chabacanería que condenaba. Como afirma el blog El Forjista: "El pergolinismo a pesar de su supuesto enfrentamiento con el tinellismo, no tiene demasiadas diferencias, la burla al prójimo es una forma de entretenimiento que comparten ambos conductores. En programas anteriores, cuando también realizaban cámaras ocultas, Pergolini no dudó en burlarse de gente que estaba trabajando, por ejemplo repartidores de pizzas, como vemos todo vale por un punto rating".
Está bien que Mario Pergolini critique la tapa de LIBRE "Sofia Gala Porro" y se indigne con la tapa de Caras del Flaco Spinetta. Pero, ya el él uso la palabra mierda, yo la retomo: para criticar sin fisuras uno tiene que tener el culo limpió. Y creo que Pergolini, en ese sentido, no lo tiene muy aseado.
Una última cosa: Víctor Hugo Morales escribió en su blog una adhesión a la carta de Pergolini. Desde el púlpito al que siempre le gusta subirse, reprodujo la misiva y la apoyó con "enfasis". Me gustaría saber qué dijo cuando una de sus columnistas mostró el cadáver de Norita Dalmasso desnuda en el prime time de América TV. Y cierro con dos tuit de Lucho Dolber, un amigo y excelente profesional, sobre el tema. El primero: "Pobre país si la reserva moral del periodismo es Mario Pergolini". Y el segundo: "Ahora Víctor Hugo lee una carta contra su locutora por haber mostrado a Nora Dalmasso muerta y desnuda, no? http://goo.gl/mSKC3".
Adio!
3 comentarios:
El problema más profundo de la opinión de Pergolini y que se ha transformado desde la aparición de 678 en una especie de juicio constante a los medios en la que cualquiera puede ser juez y parte (y digo cualquiera porque aun gente para la que la palabra moral le queda muy lejos está autorizado, por esta estratagema 678, a dictaminar sobre la consciencia de los otros).
Aquí el grave error está en la concepción antidemocrática que existe en la sociedad Argentina sobre el “otro” el que “piensa distinto” el que ve “negro” sobre lo que yo veo “blanco” y aquí frente a esta concepción el periodismo cae en un abismo infinito.
El periodismo deja de ser periodismo cuando solo dice lo que el poder o el poderoso quieren oír.
No hay periodismo bueno ni malo, miserable o inmaculado, la cuestión crucial es si se quiere hacer periodismo o no.
Personalmente leo salteado varios diarios, entre ellos Perfil, Clarín, La Nación, la Vanguardia de Madrid y hasta donde aguanto Tiempo Argentino y Pagina 12, en estos medios y en especial en Perfil encuentro opiniones publicadas de todos los colores (basta mirar las notas de Artemio Lopez), en cambio, por ejemplo en Tiempo Argentino, nunca hay otra mirada distinta o discorde, aquí, como en 678, decididamente no se pretende hacer periodismo.
Por eso el tema Pergolini es un problema de la percepción que tiene la sociedad Argentina sobre la democracia, el poder y los medios. El de alguna manera es un “poderoso” dentro de los medios como lo es de otra manera Víctor Hugo (que de “Moral es” le quedo muy poco), destruyendo a los periodistas que escriben lo que a ellos no les agrada acusandolos siempre de mercenarios. Como dice siempre mi vieja “ El ladrón cree que todos son de su condición” .
Chaucito.
Encontre este blog luego de goglear tu nombre. esto lo hice por que lei una nota tuya en libre, sobre Maximo Kirchner.
Despues de leerte pienso en algo: Sos un escritor mediocre al que lo unico que le importa es ganar un peso. Perfil seguramente lo sabe por eso te contrato. Nada mas.
Un periodista serio no escribe esas columnas. Lo mas triste, es que se que lo sabes. te invito a que leas a enrique symns.
No soy kirchnerista ni de izquierda.
bye bye
Publicar un comentario