martes, agosto 24, 2004

Reencarnar en la forma equivocada

Cuentitos



La cuestión era simple, al morir debía reencarnar en un cuerpo de felpa, para ser más preciso: un chancho de peluche. Pensaba yo -que idiota fuí!- que de esta manera podría dormir todas las noches abrazado a ella, Nevi. Pero no fue así, maldita fortuna inexistente, el destino estaba escrito y las letras jugaban en mi contra.
Ella con su dulzura me compro. Yo, tierno y rosado, me sentia contento al fin podría yacer a su lado y ser feliz. Pero fuí envuelto en un paquete. ¡Maldición! -repetí muchas veces-, sería un regalo. ¿Para quién? La duda me mataba.
Finalmente, fuí regalado. Con sus gruesos dedos, Pablo -novio de Nevi- abrio el paquete y con fuerza me abrazó hasta dejarme sin aire y con mi relleno entumesido. Ya no había vuelta atras.
Hoy retozo sobre una cama, en una habitación pelada y fría. Por las noches duermo abrazado -no con Nevi-, sino con su novio, que me aplasta sin darse cuenta de lo delicado que soy.
Dios cruel ¿porqué a mi?
Hoy día, ya estoy rendido. De vez en cuando veo a Nevi -cuando duerme en esta helada pieza-, pero no lo hace conmigo sino con su novio, que no es tierno, ni rosa, ni de peluche. Es entonces cuando desearía no haberme reencarnado en un puerco de peluche, quizás hubiera sido mejor ser un vaso de coca-cola y perderme en su boca, para morir dos veces, pero de una linda manera y por amor.

pd: ¿En que les gustaría reencarnar?

Adio!

1 comentario:

Anónimo dijo...

ta chido tu cuentecin.....abri tu pag. por error......pero fue muy grato el encuentro con tu cuento.......saludos......desde colima, mexico