jueves, junio 07, 2012

Periodistas, qué tenemos para festejar


Vivimos tiempos particulares los periodistas. Hoy festejamos nuestro día. Pero, ¿hay razones para festejar? Todos los días, las agresiones a periodistas crecen. Funcionarios oficialistas que insultan a periodistas críticos. Caceroleros cagan a patadas a los chicos de 678 que los fueron a filmar. Patotas de Malvinas Argentinas agreden a periodistas de Crónica, Télam, Tiempo y medios locales. Y eso sin contar lo que pasa en el interior, donde cada día los periodistas son más rehenes o víctimas del poder político.

Tiendo a alejarme del purismo que pregona el periodismo (tengo tatuado en mi brazo derecho la frase "el periodismo es el opio de los pueblos", como dice el chiste de Rep que ilustra estas líneas). Nuestro mundo está lleno de contradicciones. Hace tiempo, lo que hacemos dejó de ser la búsqueda de la verdad "que nos hará libres". Hay una espectacularización de la profesión. Lo que se lee, oye o ve a diario habla de que hay que estar de un lado o de otro. Kirchneristas o anti. Militantes o "independientes" (palabra bastardeada si las hay). Por sobre nosotros, corporaciones de uno y otro color que buscan hacer negocios, ganar plata a costa de nuestro laburo. Sos victorhuguista o lanatista, nos alinean atrás de uno o de otro, y los dos son parecidos: millonarios, conversos, referentes, tipos de trayectoria con elefantiasis de ego.

Parece que todo es blanco o negro. No hay grises. Y cuando uno plantea una cierta neutralidad, lo putean. Te dicen que eso no existe. Es a matar o morir. Todo se plantea en el escenario de una guerra simbólica y nosotros en el medio. Somos los soldados de una batalla en la que no queremos (la mayoría) participar. Pero ahí estamos, escribiendo, cagando tinta como me dice mi amigo El Polaco, con grabador en mano. Y nosotros lo único que queremos es llegar a fin de mes. ¡Lo jodido que es vivir bien con la profesión que amamos!

Con los años aprendí que ser periodista es una de las cosas más lindas que te pueden pasar. Para mi el periodismo es contar buenas historias, generar impacto, hacerme amigo de los colegas, convivir en una redacción, buscar datos, chequearlos, cerrar notas, y aprender. Se trata de ser buen tipo, no un garca que mata por trepar. Como dijo alguna vez Ryszard Kapuscinski, un requisito para ser periodista es ser buenos seres humanos. "Las malas personas no pueden ser buenos periodistas", sentenció. Lo comparto.

Siempre digo que un buen consejo para un periodista que recién empieza es hacerse más compañero de los compañeros y menos amigo de los jefes. Por eso celebro que se repudien las agresiones a periodistas de manera unánime, que hablamos nosotros del medio que seamos, los laburantes, sin esperar que se pronuncie un jefe. Porque después de todo, nosotros somos los que hacemos los medios y sabemos que cada uno escribe donde puede y no siempre donde quiere.

En medio de este odio visceral que se quiebre sembrar en el periodismo, entre periodistas, y que, lastimosamente, muchos colegas ya tienen interiorizado, porque son los soldados que disfrutan de la guerra de trincheras. ¿Podemos festejar? ¿Qué mierda podemos festejar? A veces pienso que lo único que podemos celebrar es un día más de vida, que no es otra cosa que un día más de periodismo.

Adio!



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