El palco de fanáticos cobistas
Fue un golpe de efecto. Un hecho comunicacional que volvió a poner al vicepresidente Cobos en el lugar de opositor privilegiado de CFK. Cinco o seis militantes cobistas desaforados se convirtieron, con canciones de cancha, gestos e insultos, en protagonistas de la 129 apertura de sesiones ordinarias del Congreso. "Se siente, se siente, Cobos presidente", repetían. Era un gingle desentonado. Atemporal. Desfasado de la conyuntura política que se vive, en la que el mendocino todavía ni confirmó si va a ser candidato. Se los podía contar con los dedos de una mano, pero, así y todo, encumbraron mediáticamente al vice como némesis de Cristina.
Cobos quizás sea el único político opositor que haya tenido la posibilidad de sentarse codo a codo con la Presidenta antes de las elecciones de octubre. Más allá de que haya sido por una cuestión meramente institucional, esa contigüidad que le dio el escenario del Congreso -donde juega de local- lo posicionó, aunque sea en el plano simbólico, como la contracara del kirchenerismo. Al igual que el voto "no-positivo", que lo catapultó como líder anti-K, la apertura de sesiones -con los cinco o seis loquitos cobistas gritando- reconstruyó la figura del vicepresidente-opositor-candidato.
Un amigo me dijo el otro día dos frases que resumieron lo que fue la escena y la ambigua figura de Cleto. "Cobos es radical pero tiene las mañas peronistas", fue la primera. La otra, digna de un manual de campaña no convencional, decía más o menos así: "Con cinco loquitos gritando consiguió volver a posicionarse". La imprevisibilidad de que algo así iba a pasar, con miles de jóvenes K por todos lados, fue lo que hizo al momento tan llamativo, interesante y potente.
Cobos debería estar agradecido con ese palco que insultaba, gesticulaba e interrumpía a Cristina, que hasta le dio relevancia con su reto cuando le pidió “por favor, a ver si puede callar a su gente”. Eso "militantes de Capital que siguen a todas partes al vice" -como me los definió el vocero del vicepresidente- dieron el impulso para que, después de meses de ostracismo, la lucecita del mendocino vuelva a titilar con miras a las elecciones. Aunque sea por un rato. Quizas haya sido un deja vú de lus 15 minutos de fama de 2008. O no.
Adio!