Periodístico
En el mes de Junio del 2002, una serie de misteriosas muertes acaparó la atención de los principales medios de comunicación nacionales. Durante varias semanas, una seguidilla de vacas apareció muerta en diferentes zonas rurales de Buenos Aires y provincias aledañas, sin rastros que pudieran guiar las investigaciones de la policía. Todos los animales presentaban las mismas características: les faltaban órganos, tenías cortes realizados con la precisión de un bisturí y cauterizados, sus cabezas estaban mutiladas y por último sus cuerpos estaban vaciados de sangre, ni una gotita tenían.
Los principales diarios del país informaron sobre el misterioso (para algunos místicos) episodio, algunos arriesgando hipótesis del posible. En Página/12, Raúl Kollmann dialogó con Alejandro Martínez, veterinario especializado en inmovilización de animales, que desarrolló una explicación del enigma de las vacas mutiladas, donde criticaba fuertemente las teorías sobrenaturales. (Ver "Unas heridas bien terrenales"- Página/12, 20/06/2002). En una nota complementaria Kollmann repoduce las hipótesis de las autoridades, que rozan lo cómico o, para decirlo de otra manera, no tenían las más remota idea que pasaba y mandaron fruta masivamente. Estas eran las hipótesis:
- Una secta, no del tipo umbanda, que utiliza justamente la sangre. Los investigadores hablan de una secta relacionada con algo fálico: “No puede ser casualidad que corten testículos, penes, ubres, anos, pezones, úteros”.
- Una organización esotérica que de esta manera lleva agua para su molino demostrándoles a sus adeptos la existencia de fenómenos supranaturales.
- Una organización que trata de aterrorizar a los dueños de campos para comprarles las propiedades más barato.
- Un grupo contratado porproductores de un país extranjero que quieren poner obstáculos a las exportaciones argentinas, sembrando el temor entre los compradores de carnes en otros países, al estilo de lo que ocurrió con la aftosa.
(ver "Hipótesis en danza" - Página/12, 20/06/2002)
Por más hilarantes que resulten, Clarín, en su edición digital del 24 de Julio, consignó, bajo el título "El enigma de las vacas mutiladas, reportado por dos investigadoras en Internet"(Clarín, 24/06/2002), explicaciones que mezclaban el esoterismo, pólizas de seguros millonarias y animales mitológicos. Los dias pasaban, el misterio continuaba y la ciencia entraba en la investigación, para ¿resolver? el arcano. (Ver "La ciencia explica el misterio de las vacas mutiladas" - Clarín, 28/06/2002).
La Nación también tocó el tema -ya sabemos que cuando un tema se instala en la agenda aparece en la mayoría de los periódicos- “En La Pampa ocurren muertes misteriosas de ganado vacuno”(La Nación, 17/06/2002), describe los casos, suma una infografía y califica las hipótesis sobrenaturales como versiones fantásticas tejidas por la imaginación.
En internet, el sitio Diarios sobre Diarios realizaba una síntesis de los tratamientos periodísticos:
Mutilación de vacas
El ministerio de Producción de la provincia de Buenos Aires, el Senasa, la secretaría de Agricultura de la Nación, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), al menos cuatro municipios, las entidades ruralistas, la Universidad de Buenos Aires, son sólo algunas de las
principales instituciones que desde hace un mes estudian o intervinieron para informarse sobre la misteriosa muerte y mutilación de vacas en una zona del territorio bonaerense. Las versiones, van desde el cuatrerismo, animales salvajes y prácticas de sectas hasta los seres extraterrestres. Pero son sólo eso, versiones como vienen informando principalmente los diarios Crónica y
Diario Popular desde antes que lo reflejaran incluso otros matutinos. Pero además Diario Popular destaca que también se avistaron "ovnis" en la región. Sin embargo nadie sabe ni explica en qué consistió una delegación de norteamericanos que estuvieron en la zona donde se produjeron estos misteriosos hechos. Los extranjeros tomaron pruebas de las vacas mutiladas. Y partieron de regreso a Estados Unidos. ¿Quienes son? ¿A que conclusión llegaron?. Nadie lo sabe. Ahora los casos se extienden por afuera de la provincia: también hubo casos en Río Negro, La Pampa y otras seis provincias. Hasta aquí ningún programa de TV se decidió a investigar en profundidad. Y los medios de comunicación sólo destacan los hechos, pero sin armar equipos de investigación propios.
DsD 25-06-02
El "chupa" mediático
Mientras tanto los periodistas amarillos de la TV, inflaban las versiones del chupacabras. Samuel “Chiche” Gelblung reflotó imágenes del archivo y versó por varios días sobre este un animal mitológico que alimenta los relatos populares desde hace décadas. La presunción de que el chupacabras ocasionó la misteriosa muerte de las vacas llenó las notas de color al final de los noticieros, que se acercaban cada vez más al sensacionalismo que tanto denostaban. Las pruebas científicas no resultaban convincentes, sus investigaciones eran poco creíbles ante el “mediático” monstruo.
En la Argentina de Junio del 2002, los formadores de opinión se zambulleron en lo esotérico y se alimentaron de los relatos fantásticos, lo que seguramente les daba más rating que contra la otra historia...
Finalmente se el acertijo de las vacas mutiladas tuvo solución. Ni sectas umbandas, ni organizaciones esotéricas, ni complotadores que buscaban rebajas en la compra de campos, ni grupos contratados por terratenientes extranjeros, ni ovnis (esta vez Fabo Zerpa no tuvo razón), ni el tan inflado chupacabras. Las vacas habían muerto por causas naturales y las lesiones fueron ocasionadas por el hocicudo rojizo, un roedor de la familia de los Oxymycterus.
Así luce el (no tan) amigable roedor:
Pequeño epílogo del contagio
Hay noticias que son contagiosas porque el contenido de las mismas explota de importancia y necesariamente necesita circular a través de la inmensa red de discursos periodísticos en todas sus modalidades (Gráfica, Tv y Radio, más Internet en esta última década).
Otras son sólo historias fantásticas que llenan de misterios las páginas, palabras y pantallas. Fábulas noticiables que interpelan al lector/espectador/oyente para que confíe en lo sobrenatural y, aunque sea por unos días, crea que el chupacabras existe, es un bicho malo -re jodido- que anda por las pampas y, por si esto fuera poco, es además ¡Argentino!
Adio!