Despúes de la clase de datos del día de hoy, jueves, en la que hablamos acerca del trabajo práctico de la virtualización de Buenos Aires, me dieron ganas de volver a ponerme en contacto con mi playstation. En la clase charlamos sobre la relación entre los hombres (ambos géneros) y los juegos en red de los cibercafes.
¿Hasta que punto podemos sentirnos inmersos en un juego virtual? ¿Realmente nos damos cuenta de que jugamos contra otras personas? ¿Maquinas o personas? En mi opinión, la situación especifica de los cibercafes porteños representa la aderenalina de jugar contra otras personas dentro de un mismo recinto. Nada se compara con un buen partido 5 contra 5, ojo es lo que pienso. Pero, en estos tiempos que corren, quiza vale más y cuesta menos sentir la violencia vortual de "jugar" a la guerra por 2 pesos.
Uno, que ya esta viejo para estos de los cibers counterstrikeados, 21 años, siente una profunda incomodidad al sentarme en una pc a navegar y tener gente gritando al lado. Viejo en el sentido nuevamente de los tiempos que corren...
Nose, son cosas que uno piensa, es loco; prefiero jugar al espía y no a la guerra, ser un 007 y no un marine o terrorista. La nostalgía me hizo caer en el consumo y despúes de años compre un juego de play, Metal Gear Solid, esta noche va a ser larga, vuelvo al espionaje de la mano del control...
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